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El Manual de Maquiavelo 22-10-2021

Francisco Ledesma / Un camino por pavimentar

Las tres más recientes elecciones en el Estado de México -2017, 2018, 2021-, han confirmado a Morena como la primera fuerza política, y en consecuencia con altas posibilidades de convertirse en el primer partido distinto al priísmo en encabezar la gubernatura de la entidad más poblada del país de los últimos noventa años. Sin embargo, es importante entender qué modelo morenista se encamina hacia los próximos comicios, con la encomienda de pavimentar su camino al despacho principal del Palacio de Gobierno en Toluca.

Luego de los comicios intermedios de junio pasado, se han definido tres nombres como los de mayor ascendencia política en la estructura morenista y el gabinete federal lopezobradorista, como los liderazgos con mayores posibilidades para encabezar la candidatura de Morena rumbo a la sucesión delmacista.

Higinio Martínez, Delfina Gómez y Horacio Duarte -los dos primeros ya han sido candidatos en 1999 y 2017- parecen tener la trayectoria política, los méritos personales y la cercanía presidencial para aparecer en las boletas electorales. Los tres responden al llamado Grupo de Acción Política (GAP), con origen en las bases del perredismo, han trasladado la conformación de “tribus” a un partido que se ha constituido como un movimiento, sin una estructura electoral sólida. Han definido un liderazgo en un puñado de alcaldes y legisladores, y se han convertido en el círculo de mayor influencia de Morena en la entidad mexiquense.

Los “puros”, quienes se presentan como impolutos, y asumen un marco de contraste frente a los “gapos”, perdieron su capacidad de influir en la elección de gobernador derivado de la derrota de su dirigente Daniel Serrano, quien sucumbió en la elección por la presidencia municipal de Cuautitlán Izcalli.

El neopanismo, ese puñado de políticos emanados de la derecha que arribaron a Morena en la víspera electoral de 2018, entre quienes sobresalían Juan Rodolfo Sánchez, Patricia Durán y Gabriela Gamboa, todos salieron en búsqueda de la elección consecutiva, y salieron derrotados frente al prianismo que los vio crecer. La única sobreviviente -de antecedentes panistas- con aspiraciones inmediatas es la diputada local, Karina Labastida, arropada por Higinio y Maurilio Hernández.

Otro flanco se abrió en Tlalnepantla, a través de Raciel Pérez, quien presumió un liderazgo ficticio al interior del morenismo, cuya gestión y estructura fue incapaz de sostenerlo por un trienio más al frente de la presidencia municipal.

Desde Ecatepec, emerge Fernando Vilchis, que ha logrado la reelección en el municipio más poblado del estado, sin embargo, tiene vínculos insuficientes que le permitan con-vencer a las élites de su partido para hacerlo su candidato. Su trayectoria política es de corto alcance. Su apuesta podría concentrarse en las resistencias y reticencias que genera Higinio Martínez y su grupo político.

Como una alternativa externa, nadie debe descartar a Yeidckol Polevnsky -candidata de la izquierda en 2005-, quien podría ser ungida por las encuestas que se definen desde Palacio Nacional, si los grupos locales no le convencen.

Aun cuando parecen muy reducidas sus cartas, Morena encuentra condiciones inmejorables para afrontar las elecciones de 2023, por ejemplo, el ejercicio del poder municipal como nunca antes lo obtuvo una fuerza opositora en medio de una elección de gobernador; así como la alta aprobación del presidente, López Obrador que podría replicarse en un voto a favor de su movimiento.

Además, las posiciones de poder político que ocupan los morenistas, le otorgan una amplia relevancia para marcar la agenda pública y mediática; y el reclutamiento de piezas priístas que le permitan desentrañar el rompecabezas de ganar una elección para gobernador.

Sin embargo, en ese camino que parece pavimentado, el priísmo local ha resultado experto para hacer tropezar al adversario, y reinstalarse en el Palacio de Gobierno.

La tenebra

Los más activos, podrían ser los más inseguros en alcanzar la nominación. Aplica para rojos, azules y guindas.