Redacción
Bajo el discurso de la cultura del esfuerzo, y convertido en la Cenicienta del cuento, Eruviel Ávila Villegas arrancó esta media noche su campaña electoral como candidato por la gubernatura mexiquense de la alianza Unidos por ti -integrada por el PRI, PANAL y PVEM-. En el escenario de las Torres Bicentenario, y respaldado por sus antes adversarios internos del partido, Alfredo del Mazo Maza y Ernesto Nemer Álvarez -el primero, hijo del ex gobernador del mismo nombre, y el segundo hijo de un prominente empresario de origen libanés-.
Allí, en Toluca -centro político y económico del Estado de México- también le acompañaban Luis Videgaray Caso, dirigente estatal del PRI; así como Humberto Moreira, dirigente nacional de tricolor, mientras su hermano Rubén arrancaba también su campaña electoral en Coahuila.
Tan pronto como el reloj marcó las 00:00 horas de este lunes, Eruviel Ávila Villegas apareció en escena, y también sonó con fuerza el primer «jingle» de esta campaña electoral. La canción del momento: «Mi niña bonita» interpretada por Chino & Nacho, pero con arreglos en la letra para destacar la candidatura de Eruviel Ávila. El abanderado de las mujeres, los jóvenes, los adultos mayores, el empleo, la seguridad y la educación. La terca memoria trae a cuenta aquella canción «Rebelde» de RBD que sonaba en cada evento proselitista donde se presentaba Enrique Peña.
Leía las primeras líneas de su discurso, cuando abandonaron el recinto el diputado federal Andrés Aguirre -hijo del gobernador de Guerrero Ángel Aguirre de extracción perredista-. Minutos más tarde y a toda prisa salió el secretario de organización del PRI, Carlos Iriarte Mercado. En el templete, Eruviel Ávila seguía en el pronunciamiento de su discurso que se prolongó por más de 40 minutos.
Fue un acto de amplia exclusión. Con asiento reservado, enfundados en playeras y chamarras rojas, los priístas escuchaban atentos las primeras propuestas de campaña. Mientras que a un costado, separados por una valla metálica y de pie, profesores del SNTE ondeaban banderas del PANAL, aún con la resaca de la celebración por el Día del Maestro. Los militantes y simpatizantes del PVEM si es que los hubo en el evento pasaron desapercibidos.
Con la solemnidad que le caracteriza, la clase política mexiquense mostraba cansancio, y entre bostezo y bostezo escuchaba una a una las propuestas de Eruviel Ávila Villegas. Desde hoy, el ex alcalde de Ecatepec se comprometió a firmar más de 6 mil compromisos ante notario público para cumplirle a los mexiquenses en los próximo seis años. Éstos no tienen parangón con los apenas 608 que firmó en su momento Enrique Peña en su campaña electoral de 2005.
Ávila ofreció además duplicar el presupuesto a las áreas de seguridad pública y procuración de justicia. Anticipó la creación de la Secretaría de Seguridad Pública -actualmente la policía estatal aún depende de la Secretaría General de Gobierno-. Y en materia educativa, se refirió a dar becas escolares, y en mimesis del lopezobradorismo ofertó útiles escolares gratis para alumnos desde preescolar hasta el nivel secundaria.
Concluido el evento, una serie de fuegos artificiales iluminaron la oscuridad de la noche. La clase política mexiquense subía con premura a sus camionetas y autos blindados. Mientras tanto, la militancia se arrebataba playeras, gorras, loncheras y demás utilitarios con la leyenda «Eruviel Gobernador». El viejo estilo priísta, que mediante la dádiva coacciona el voto, no se ha muerto pese a su rostro joven, pese a que el candidato es del Valle de México, pese a su juventud. Y cuando despertó, el dinosaurio seguía allí.