Toluca, Edomex. 2 de abril de 2019.- Por dónde se revise el sexenio de Eruviel Ávila fue un desastre. El INEGI dio a conocer las cifras de exportaciones por entidad, y el Estado de México sufrió un descenso dramático en los últimos cinco años, producto de una carente promoción industrial. Sólo basta recordar que Adrián Fuentes, secretario de Desarrollo Económico, era en cada elección un operador electoral que dejaba vacía su oficina, pedía licencia y regresaba sin mayor recato. A eso podría sumarse la pérdida de competitividad y productividad laboral frente a otras entidades.
En cada evaluación, el gobierno eruvielista ha quedado exhibido por diversas inconsistencias contables, un sector salud saqueado y en abandono, decenas de obras inconclusas, una violencia que se acentuó en zonas urbanas y una línea de pobreza inaceptable. Ahí están las explicaciones del sufrido triunfo de Alfredo Del Mazo en la elección de 2017, y el fracaso comicial que enfrentó el priísmo en julio pasado. Los votantes expresaron su rechazo al deterioro del Estado del último sexenio.
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Ayer lunes, el secretario de Salud, Gabriel O’Shea Cuevas, tomó protesta a Mónica Pérez Santín, como nueva directora del Instituto Materno Infantil estatal (IMIEM) y a Francisco López Millán como titular de la Comisión de Conciliación y Arbitraje Médico de la entidad. La primera es especialista en pediatría, cuenta con doctorado en Alta Dirección, además de estudios en Administración de Servicios de Salud y Alta Gestión de Hospitales. El segundo posee una amplia trayectoria en medicina familiar y en manejo de urgencias pediátricas y traumatológicas.
O´Shea mantiene un vínculo personal con el expresidente Enrique Peña, y aunque en más de una ocasión ha buscado su salida de la Secretaría, se mantiene ahí por sus compromisos políticos. Para su retiro, el titular de Salud en dos ocasiones ya tiene una amplia apuesta en servicios de salud privada en el Valle de Toluca, que recientemente inauguró en sociedad con otro sector de la élite empresarial. En su paso por el servicio público no la ido nada mal.
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En las últimas semanas, Alfredo Del Mazo ha entendido que su capital político depende de las alianzas gubernamentales que haga con los nuevos alcaldes, en su mayoría de Morena, para impulsar acciones del ámbito municipal. También ha sido constante su aparición pública con Delfina Gómez durante los primeros 120 días del gobierno federal.
Paulatinamente, se ha visto a Del Mazo cercano a alcaldes como Patricia Durán, Juan Rodolfo Sánchez y Raciel Pérez, en la entrega de obras, planes o programas de coinversión, en una realidad política inimaginable del priísmo hegemónico. Lo que falta por determinar es si eso termina por favorecerle a su partido, o bien, por potenciar a los ediles que sepultaron al priísmo en la más reciente elección.
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