Toluca, Edomex. 13 de octubre de 2017.- El próximo domingo, el exgobernador Arturo Montiel cumplirá 74 años de edad. El año pasado, el exmandatario decidió no celebrar para evitar que se moviera el avispero electoral en la víspera por la gubernatura. Para este fin de semana, Montiel ha planeado un festejo discreto pero necesario, luego de los problemas de salud que le aquejaron hace algunos meses. El atlacomulquense busca reagrupar a su círculo político, y volver a la escena política en la víspera electoral del próximo año.
En los últimos tres sexenios, el montielismo había sido el grupo político de mayor influencia, sin embargo, el ascenso al poder de Alfredo del Mazo ha significado un clivaje que ha desplazado al exmandatario. Ahora, Montiel pretende incidir en la integración de la dirigencia priísta. Nemer enfrenta una encrucijada para sostener equilibrios entre exgobernadores y la hegemonía del actual gobernador. En el PRI se definirán candidaturas a alcaldes, diputados federales y locales -incluidas las pluris-, y senadores. Montiel buscará ahí sus cuotas de poder.
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Alfredo Baranda -hijo del exgobernador del mismo nombre- ha preferido mantenerse al frente de la Fundación Colosio. Parte de la dinastocracia dominante, parecía tener una posición garantiza en el gabinete delmacismo. Su permanencia en la estructura priísta sostiene la promesa de ser candidato a algún cargo de elección el año entrante. En esa misma condición apunten a Ernesto Nemer Monroy -hijo del dirigente estatal priísta- que regresó a su encargo como regidor de Metepec. Y al mismo Ignacio Pichardo Lechuga.
A propósito de aspiraciones electoreras, los diputados locales priístas que comanda Cruz Roa han tenido que posponer sus ya tradicionales informes legislativos que sirven de promoción personalizada. Con motivo del temblor, las prioridades se han trasladado en la atención a la emergencia. Empero, una decena de legisladores buscan ya el arranque de sus informes con la aspiración de convertirse en presidentes municipales el año próximo.
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Otra gran dificultad enfrenta en los primeros meses de su mandato el gobernador Alfredo del Mazo. Los programas sociales federales, de corte clientelar, desarrollados por las secretarías de Desarrollo Social, Agricultura y Medio Ambiente, entre otras, se han suspendido por el resto del año. La prioridad del gobierno peñista se ha trasladado a los estados de Chiapas y Oaxaca. El gobierno mexiquense deberá buscar alternativas de financiamiento y hasta endeudamiento para atender sus programas clientelares, y cumplir con la tarjeta y el salario rosa que prometió en campaña.
Para el Estado de México, los recursos asistenciales retornarán hasta principios del año entrante, en la víspera de la elección, con el propósito de aceitar sus estructuras militantes. El peñismo no abandonará al delmacismo en el desafío electoral del próximo año. La apuesta por conservar el poder de Los Pinos transita por imponer sus condiciones y ventajas electorales en su natal Estado de México.
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