Redacción
Toluca, Edomex. 14 de julio de 2017.- Hace algunos días que los oficinistas del Palacio de Gobierno han modificado su saludo a Eruviel Ávila con un sarcástico “menos días, señor gobernador”, en alusión a que en menos de 70 días el mandatario mexiquense y su gobierno llegarán a su fin. Lo cierto es que cientos de mexiquenses de la élite gobernante daban por hecho que Eruviel apenas duraría dos años como gobernador, pero contra todos los pronósticos Ávila logró la supervivencia de completar un sexenio vertiginoso.
Eruviel logró empoderar a su propio grupo político, situación que le permitirá su injerencia en el sexenio que arrancará el 16 de septiembre. En esa circunstancia, es innegable que buscarán acomodo los hombres de mayor influencia en los últimos seis años en el poder público del Estado de México. Pese a las diferencias entre Alfredo del Mazo y Eruviel Ávila, las componendas del poder anticipan un gabinete de transición que incluya a algunos colaboradores eruvielistas.
Ahí están Erasto Martínez Rojas, que ocupó los cargos de mayor control político, desde secretario particular y secretario de finanzas, hasta secretario de infraestructura y jefe de oficina del gobernador. Y el mismísimo Carlos Aguilar Cano, un hombre siempre identificado como coordinador de imagen institucional de Eruviel Ávila, pero que en los corrillos políticos se conocía de su injerencia en la toma de decisiones de toda la esfera gubernamental. Ellos hicieron y deshicieron en el sexenio que está por concluir.
Después de ellos, sólo hay tres hombres que duraron los seis años en la primera línea de combate. En primer lugar destaca la presencia de Alfredo Torres Martínez, el tutor político de Eruviel que se mantuvo en el cargo como secretario de Desarrollo Urbano. Ahí también se enlista a Adrián Fuentes Villalobos, quien permaneció todo el sexenio como secretario de Desarrollo Económico, con esporádicas ausencias por ir a cubrir labores de “mapache electoral” en cada elección. Y finalmente, Alejandro Hinojosa Velasco, el último secretario de la Contraloría del sexenio peñista, y que sobrevivió al mandato eruvielista.
Otros muy cercanos a la causa eruvielista son Cruz Roa Sánchez, Raymundo Martínez Carbajal e Indalecio Ríos, quienes acompañaron a Ávila en alguna parte de su mandato, pero sus propias aspiraciones electorales y coyunturas políticas les exigieron ayudar a Eruviel desde otras esferas del poder. Ahí también anoten a Aarón Urbina, que nunca formó parte del gabinete, pero era un asistente recurrente a esas reuniones que semanalmente encabezaba Eruviel.
Y aunque no arrancaron como secretarios del gabinete, hay otros actores que se convirtieron imprescindibles en la lealtad de Eruviel. En esa lista se encuentra César Gómez Monge, secretario de Salud; Luz María Delgado Zarza, consejera jurídica del gobernador; Ernesto Millán Juárez, secretario particular de Ávila; José Manzur, que encontró acomodo en el equipo más cercano; y hasta Polo Mena Vargas, involucrado en los escándalos de corrupción de OHL.
