Toluca, Edomex. 21 de junio de 2017.- Eruviel Ávila ya alista su sexto informe de gobierno. Con motivo de la renovación de la gubernatura el 15 de septiembre, la promoción de su último informe de gobierno se empalmará con la difusión del quinto informe del presidente Enrique Peña Nieto. Para evitar el empate de estrategias, Ávila había cambiado la fecha de sus informes a una fecha indistinta durante el mes de septiembre. Ahora será inevitable, y está claro que no podrá competir con la propaganda impuesta desde Los Pinos. Una mala noticia.
En adelante, Eruviel deberá trabajar su futuro político y personal. El próximo fin de semana se casará el próximo sábado con María Irene Dipp Walther, una joven de 30 años de edad, especialista en mercadotecnia, emparentada con Gustavo de Hoyos Walther, actual presidente nacional de Coparmex. La proyección de la vida sentimental y personal de Eruviel pretende incidir en el contexto de la sucesión presidencial, y lo que pueda venir a favor de su grupo político.
En las últimas semanas, la baraja de aspirantes presidenciales parece haberse decantado como lo marca la costumbre priísta, donde el candidato oficial surgirá del gabinete presidencial, “porque para ser Papa, primero hay que ser cardenal”. En esa lógica, Eruviel ha desaparecido de los escenarios de sucesión en el ungimiento presidencial. A eso se suma, que otro gobernador mexiquense en la boleta electoral cargaría con los índices negativos y de desaprobación peñista.
Los escenarios que aparecen en el escritorio de Eruviel Ávila son los siguientes: integrarse al gabinete de Enrique Peña, una vez que concluya su mandato como gobernador; apostar incluso a ser dirigente nacional del PRI ante la inminente salida de Enrique Ochoa Reza, que en ambos casos sólo le daría un respiro de 15 meses. En el último de los casos, que es el más deseable, está apostar por una posición en el Senado de la República, pero siendo candidato de lista para evitar las urnas en la elección del año entrante.
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Mientras avanzan los tiempos de la transición, mucha de la clase política cuenta los días de renovación en la gubernatura, particularmente los grupos de poder que fueron desplazados o agraviados por el eruvielato. Hay decenas de políticos, identificados con Atlacomulco, que no encontraron acomodo en las posiciones de privilegio en los últimos seis años. Algunos emigraron con la fortuna de reclutamiento de Los Pinos, otros simplemente esperaron en la banca, y sueñan con despertar de lo que para ellos ha sido una “pesadilla sexenal”.
En la cancha delmacista transita la posibilidad de reconciliar a la élite gobernante, y avanzar en la legitimación de su gubernatura. A eso se suma, que muchos mexiquenses pretenden saltar del banco presidencial que parece hundirse irremediablemente el año entrante. En esa intención apunten a Ricardo Aguilar, y otros que ya se sumaron desde la campaña como Ernesto Nemer y Enrique Jacob, que han comenzado una promoción personal para ser parte del gabinete de Alfredo del Mazo.
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