Toluca, Edomex. 09 de junio de 2017.- La eventual victoria priísta que arrojó los cómputos distritales a favor de Alfredo del Mazo pone de manifiesto que ganó el voto duro, la maquinaria electoral, la estructura partidista y la operación de Estado. El voto de castigo fue insuficiente para llevar al triunfo a la morenista Delfina Gómez, en tanto que también desde el PRI y el gobierno mexiquense se hizo lo suficiente para atomizar el sufragio de la oposición, lo que posibilitó la preservación del poder para la misma clase gobernante, el Grupo Atlacomulco.
Desde Los Pinos, el presidente Enrique Peña ganó en la apuesta a favor de su primo Alfredo del Mazo, ni tan lejano en lo consanguíneo como trató de desmarcarse el candidato priísta. Peña Nieto intentó heredar el poder hace seis años, cuando se atravesó Eruviel Ávila. Aunque con una honda deslegitimidad, a la distancia, el peñismo cumplió con la encomienda familiar, y Alfredo del Mazo -salvo una reversible decisión de los órganos jurisdiccionales- ocupará el mismo despacho de su abuelo y su padre.
Lo cierto es que, pese a la permanencia de Atlacomulco para gobernar desde Toluca al Estado de México, se puede anticipar el impulso de un nuevo grupo en el poder. En los últimos tres sexenios, el montielismo predominó posiciones en el gabinete estatal, las presidencias municipales, las diputaciones federales y locales. El ascenso delmacista favorecerá a una clase gobernante distinta a los Golden boys que predominaron la escena política. Es el momento cumbre de los Velasco, los Baranda, los Monroy, los Ruiz Dosal y del Chilorio Power.
A pesar de que la contienda electoral no culmina, en tanto que el cómputo distrital forma parte del proceso comicial; desde el priísmo hay nula operación para defender la elección y el triunfo delmacista. Salvo Alejandra del Moral, el resto de los actores políticos, incluido el candidato, han tenido una presencia tímida entre los jaloneos que acusan un fraude electoral. Parece que nadie visualizó la importancia de una estrategia mediática en el proceso poselectoral, y los vacíos han sido copados por Morena, sus dirigentes y su candidata.
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En MORENA todo está listo para procesar la etapa postelectoral. Delfina Gómez anunció que el próximo sábado se reunirá con sus simpatizantes en Texcoco, por la tarde, para celebrar una jornada informativa. Todo apunta a que Gómez no reconocerá el triunfo de Alfredo del Mazo, acusará de las peores prácticas electorales a los priístas, y anunciará las medidas judiciales para buscar la reversión del triunfo delmacista. El llamado será a las instituciones a dar certeza a un resultado cuestionado por la izquierda más polarizada.
Toda la estrategia de Morena será pacífica, no habrá cierres a avenidas, salvo algunas manifestaciones de repudio al resultado del domingo. López Obrador no debe equivocarse, porque de los errores que pudieran violentar la etapa postelectoral marcará también su futuro en la campaña presidencial del año entrante. Andrés Manuel sabe que no fue suficiente el voto de castigo para ganar la elección, pero también debe exigir una elección equitativa no para rescatar los comicios mexiquense sino buscar el triunfo nacional el próximo año.
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