Una de dos. En la dirigencia estatal del PRI o no saben hacer cuentas, o simplemente juegan al autoengaño en la proyección electoral del 1 de julio. Raúl Domínguez Rex sigue apostándole a la mágica cifra de obtener 4 millones de votos, en la elección presidencial que está en puerta, que es concurrente con los comicios locales, y cuyo objetivo principal es darle un triunfo holgado al proyecto de Atlacomulco, Enrique Peña Nieto.
La cifra resulta engañosa e inalcanzable bajo dos hipótesis. La primera, se obtiene de encuestas recientes que dan a Enrique Peña una preferencia del 40 por ciento en el Estado de México, con una ventaja abrumadora respecto de López Obrador rezagado en un 25 por ciento. Sin embargo, para obtener 4 millones de sufragios, a partir del 40 por ciento de la intención del voto, representaría que los 10 millones de mexiquenses salieran a las urnas el día de la elección. Eso se llama Misión Imposible.
La segunda: las estimaciones más alentadoras revelan que sólo un 60 por ciento de los electores acudirán a las urnas el 1 de julio. Es decir, que se tendría un total de 6 millones de votos repartidos entre los diversos candidatos. De esa cifra, el 40 por ciento de la intención del voto, implica un aproximado de 2.4 millones de sufragios, cantidad muy por debajo de los votos obtenidos por Eruviel Ávila. Incluso, la sumatoria se queda por debajo de los votos alcanzados por López Obrador hace seis años. Vaya que es complejo.
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Mal hace el gobierno municipal de Toluca en negarle el uso de la Plaza de los Mártires a los partidos de izquierda para el cierre de su candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador para la tarde del próximo martes, con el argumento de que ésta ya fue previamente apartada por el PRI para un acto de cierre de campaña de Enrique Peña Nieto, el próximo miércoles.
El no dar autorización al PRD-PT y Movimiento Ciudadano para que utilucen la Plaza el martes por la tarde, sólo genera la percepción de que el único objetivo del gobierno municipal es obstaculizar el camino del candidato de las izquierdas a la presidencia y dar argumentos a éste para victimizarse de la guerra sucia emprendida por el PRI.
Hay que advertir que no es la primera vez que el gobierno priísta de Toluca niega la plaza a la izquierda. Lo hizo a finales del 2010, cuando el PRD mexiquense organizó un mitin para el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, quien en ese entonces promovía la alianza con el PAN para sacar al PRI del gobierno del estado de México.
En aquella ocasión, la izquierda ocupó la avenida Lerdo y la intersección con Bravo para realizar el mitin que congregó a más de siete mil personas.
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Olga Hernández, candidata del PRI a la alcaldía de Zinacantepec ya rebasó y por mucho el tope de gastos de campaña. La abanderada a la presidencia municipal no tendrá problemas para cuadrar sus cuentas, y simular que se sujetó al gasto permitido. Tiene de su lado un buen ajustador de números: Marco Antonio Esquivel, quien además de ser su esposo, es contador gubernamental en la administración estatal.
La campaña de Zinacantepec ha sido onerosa e insultante. Es tanto lo que se ha gastado, que parece ya tener embargada la tesorería municipal en caso de ganar. El grave problema, sin embargo, es que la elección todavía es un volado y no hay nada para nadie. Esquivel, esposo de la candidata, tiene tantas propiedades en Zinacantepec, que podría fungir como corredor de bienes raíces en el municipio, e impulsa fuerte a su cónyuge para ganar la elección municipal del primer domingo de julio.
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La detención de Alfredo Guzmán Salazar, hijo de “El Chapo” parece mandar una última señal del gobierno de Calderón… pero no a los electores, sino al gobierno de Estados Unidos que sigue viendo con suspicacia el regreso del PRI a Los Pinos. Los mensajes cifrados que ha mandado Barack Obama y los suyos, es de un temor fundado a una negociación del crimen organizado con el gobierno priísta –derivado de los “narcogobernadores”-. Calderón parece dar el último pataleo previo a la elección.
