Toluca, Edomex. 2 de diciembre de 2016.- Vaya berrinche que hizo Carlos Iriarte con motivo de su informe de labores como dirigente estatal del PRI. Un artilugio que encontró el presidente priísta para promover entre la militancia su precandidatura a gobernador. Había armado todo un escenario para concitar una “cargada” a su favor. Sin embargo, al término del evento, la militancia se polarizó entre varios frentes: las mujeres, con Ana Lilia; la nomenclatura priísta se plegó con Alfredo del Mazo; y la burocracia, arropó a Pepe Manzur.
La mañana del miércoles, Iriarte Mercado se reunió con delegados distritales y municipales, a quienes reprimió por su lentitud, inoperancia y deslealtad. El dirigente estatal priísta, está ansioso por sostener una reunión con los más de 7 mil seccionales que se renovaron en las últimas semanas. Fijó como fecha límite el 15 de diciembre, para que el ejército de priístas se pronuncie a favor de su candidatura. Carlos, en tono amenazante, pidió a los delegados presentes que la información no se filtrara, sabedor de que muchos delegados “juegan” para algunos diputados, alcaldes o funcionarios del gabinete eruvielista.
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Ayer se cumplieron cuatro años del ascenso al poder de Enrique Peña Nieto. Al inicio de su mandato, el atlacomulquense nombró a cinco mexiquenses como secretarios de Estado, de los cuales sólo sobreviven dos: Gerardo Ruiz Esparza como secretario de Comunicaciones y Transportes; y Alfonso Navarrete Prida, todavía titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Sobreviven también alrededor de 10 subsecretarios en diversas dependencias federales.
En el camino, abandonaron sus carteras en el gabinete Luis Videgaray y Emilio Chuayffet. El primero, aspira a retornar a la brevedad, aunque se mantiene como el alter ego del presidente. También ya renunció Juan José Guerra Abud, premiado como embajador de México en Roma. Otros más han ascendido: ahí está Luis Miranda Nava, secretario de Desarrollo Social; y Ernesto Nemer, como titular de la Procuraduría Federal del Consumidor. Los mexiquenses siguen vigentes.
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La renuncia de Agustín Carstens Carstens al Banco de México puede incidir en la ruta sucesoria de Enrique Peña rumbo al 2018. Es innegable que los afectos políticos de Enrique se mantienen muy cerca de Videgaray; mientras que por el proyecto de gobierno emprendido, el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, sería un candidato ideal para dar continuidad a la instrumentación de las reformas estructuras. A la salida de Cartens, tanto Videgaray como Meade, resultan candidatos naturales a su reemplazo en julio próximo.
Por si fuera poco, la renuncia anticipada de Carstens ya pegó en el muy debilitado peso mexicano, que ya rebasó los 21 pesos. Ahora faltan por producirse las consecuencias políticas.
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