En la recta final de las campañas electorales las cuentas no les salen. En los tres principales partidos políticos del estado les urge un profesor de matemáticas. La aritmética que avizoraba carro completo para el PRI se desdibuja drásticamente. En el PRD el paulatino crecimiento de Andrés Manuel no se refleja en los comicios locales. Mientras que en el PAN, la esperada recuperación electoral, que anunciaba Josefina Vázquez Mota en su ascendente candidatura en febrero pasado, se desvaneció por el desgaste de su partido y los errores de su campaña.
Aunque Raúl Domínguez prometió cuatro millones de votos para Enrique Peña, en las últimas semanas ha existido un ajuste necesario en su prospectiva. Igualar los 3 millones de votos que consiguió Eruviel Ávila será todo un logro. Sólo así se explica la presencia de Erasto Martínez en la zona oriente del estado, el PRI busca una votación histórica en los dos municipios más poblados, y con más electores de la entidad. Buscan metódicamente que Ecatepec y Neza arrojen hasta 600 mil sufragios a la causa de Peña Nieto. Y de ahí lo que venga en el resto es bueno.
Al PRD tampoco le cuadran las cifras. Apuestan a que las visitas de Andrés Manuel al estado, y la cercanía con el Distrito Federal y el apabullante Miguel Ángel Mancera, les reditúen en los votos suficientes para meter a Alejandro Encinas al Senado, por la vía de primera minoría. Alcanzar los 2.5 millones que logró López Obrador suena a un buen chiste. Mientras que la pronunciada división entre PRD, PT y MC no les alcanzará para ganar los municipios que hubieran querido. En la legislatura local estarán por demás disminuidos frente al priísmo y sus aliados.
En el PAN las cosas se tornan aún más grises. El desastre en que se ha convertido la campaña de Josefina Vázquez Mota sólo les da para pensar en un puñado de municipios. Por primera ocasión desde el 2000, el panismo mexiquense no tendrá representación en el senado. La campaña de Oscar Sánchez simplemente es invisible. Su poca presencia tanto en aire como en tierra, lo tiene condenado a una derrota irreversible. Ulises Ramírez –el operador político del panismo- nada de a muertito, y parece haber entregado la elección antes de tiempo. Fiel, muy fiel a su estilo.
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A propósito de la presencia de Erasto Martínez y Carlos Aguilar en la zona de Ecatepec, dirigentes estatales del PRD recriminaron a secretarios del gabinete estatal su injerencia en los comicios locales. La respuesta del gobierno estatal fue tajante. Tanto Erasto como Carlos, los operadores políticos de mayor cercanía a Eruviel están de licencia en sus cargos. No hay delito que perseguir, aunque lo más importante sería conocer a quién rinden cuentas Erasto y Carlos de su trabajo electoral, si a Raúl Domínguez, o a la oficina ubicada en Lerdo 300 en la capital mexiquense.
Entre otras tantas quejas del PRD mexiquense, también advirtieron y se quejaron de una guerra sucia en contra de su partido y candidatos en los municipios de Acolman, Chimalhuacán, Nicolás Romero y Jiquipilco. Acusaron a militantes del PRI de caer en las provocaciones. Reunidos con Ernesto Nemer, Salvador Neme y Alfredo Castillo, se dijo darían seguimiento para mantener la calma en las campañas electorales, y evitar actos de violencia. Las cosas comienzan a subir de tono, aunque hasta el momento ni el gobierno, ni el IEEM han detectado “focos rojos”.
