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OFF THE RECORD

Toluca, Edomex. 6 de mayo de 2015.- La democracia interna de los partidos políticos en el Estado de México se encuentra en entredicho. Al menos un par de resoluciones expuestas por la Sala Regional del Tribunal Electoral, han puesto de manifiesto que se vulneraron los derechos político – electorales de la militancia de priístas y perredistas en los procesos de selección de candidatos. Con rigurosidad, han exigido se repongan elecciones, como muestra de que algo al interior de los partidos políticos no funciona, está podrido, en la democracia mexicana.

En el caso del priísmo, está muy claro que sus procesos de selección son una mera simulación. En todas las elecciones internas se registraron candidatos únicos -palomeados previamente por Eruviel Ávila-, y quien se indisciplinó simplemente no se le permitió participar. Los magistrados decidieron anular la elección de Denisse Ugalde como candidata a alcaldesa de Tlalnepantla, al negar la participación de otros militantes. El PRI repuso el proceso con más simulación: Denisse Ugalde y su planilla ya hacen campaña en su camino a la presidencia municipal.

Antier revocaron las candidaturas de los diputados locales del PRD. La razón fue que cumplieron con la paridad de género, sin embargo reservaron las postulaciones de mujeres en distritos con pocas posibilidades de triunfo. De acuerdo al órgano jurisdiccional, las mujeres fueron enviadas a perder. Lo cierto es que con singularidad, el perredismo siempre ha resuelto sus procesos de selección mediante el reparto de candidaturas entre las “tribus” del partido, y no necesariamente a procesos internos de plena democracia.

La exhibición puesta por el Tribunal Electoral es vergonzosa. Los partidos políticos avivan su lucha por la democracia pero son incapaces de democratizar su vida interna y sobreponen los acuerdos cupulares. La prevalencia de la élite política limita el acceso al poder de la militancia de a pie, de esa que campaña tras campaña es explotada con la promoción y movilización del voto. La democracia mexicana se encuentra trunca, inacabada, insuficiente, inexistente.

Los procesos de simulación democrática no tienen patente en determinado partido político. Todos actúan igual. En el PAN imperaron algunas designaciones desde las dirigencias estatal y nacional. En Morena, tuvieron la mayor ocurrencia, al sortear las candidaturas a diputados plurinominales. Y del resto de los partidos, ni siquiera se conoce cómo llegaron a la selección de sus candidatos, simplemente llenan listados de planillas que registran ante el órgano electoral. En muchos casos, recolectan los candidatos marginados de los partidos grandes.

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