Toluca, Edomex. 27 de marzo de 2015.- La elección municipal de Metepec se ha convertido en una prioridad para la competencia partidista de junio próximo. De concretarse la alianza entre PAN y PT, se convertiría además en una plaza de alta competencia frente al PRI, que actualmente gobierna la localidad. Las implicaciones de victoria o derrota para los actores políticos involucrados, van más allá de los meros candidatos, que por sí solos llamarán la atención del análisis político.
Vamos por partes. El candidato priísta, representa una apuesta del primer círculo presidencial, al ser hijo del exjefe de prensa de Enrique Peña. La medida del éxito o fracaso electoral necesariamente afectará la imagen de Los Pinos respecto de su diseño de los comicios. Por lo mismo, la estrategia tanto del PRI nacional como mexiquense, deberá tomar en cuenta a Metepec como un municipio prioritario para el futuro político de sus propios dirigentes. Nada más pero nada menos.
La imperiosa necesidad de retener electoralmente Metepec está en la mira de sus dos exalcaldesas. Sí, el futuro político de la senadora Ana Lilia Herrera y de la candidata a diputada federal, Carolina Monroy, depende en gran medida del triunfo de David López Cárdenas. Ambas trabajarán para la misma causa electoral de junio, pero con proyectos por separado, pues tanto Ana Lilia como Carolina aspiran desde ahora a la candidatura a priísta por la gubernatura. Ambas tienen bases sólidas para alcanzar sus aspiraciones, siempre y cuando Metepec no se pierda.
No sólo eso. Hoy en día, Metepec -junto con Huixquilucan- está convertido en el municipio por antonomasia de residencia de gran parte de la clase política del país. Ahí habitan políticos del ámbito federal y estatal como Emilio Chuayffet, Juan José Guerra Abud, Humberto Benítez, Raúl Murrieta y Miguel Sámano, entre otros. Los priístas tienen en la ciudad del barro una segunda capital para el Estado de México. Perder la elección sería un golpe simbólico para quienes ahí viven.
Para los panistas, Metepec representó hace tres lustros uno de sus principales bastiones electorales, y pretenden recuperarlo. Poncho Bravo representa una de las familias más tradicionales del panismo en Metepec, pero cuenta además con el respaldo del Yunque nacional, en la apuesta por ganarle una importante partida al proyecto presidencial peñista. Saben que ganarle a David López más allá de los números, significaría un triunfo simbólico en medio de la pérdida de espacios para la ultraderecha de los últimos seis años. Es un comienzo de reconstrucción.
Paradójicamente, el PT, un partido de izquierda que peleará por la conservación de su registro, tendría en Metepec la oportunidad de arañar un triunfo electoral en un municipio emblemático. En esta tierra, el cacique del petismo, Óscar González le ganó la elección al PAN en 2006. Pero también fue él quien entregó el poder al PRI. Hoy en buscar de recuperar parte del terreno perdido, González Yáñez pretende arrebatar la alcaldía al priísmo y alcanzar posiciones de privilegio para su grupo político, aunque eso ha representado ya un rompimiento con el líder de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador.
Aunque por ahora, el PRI sigue arrancando como favorito, de concretarse la alianza electoral PAN – PT para Metepec, la competencia electoral tomaría tintes de alta competencia y de profundo interés para el análisis político de los comicios por delante.
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