Toluca, Edomex. 9 de abril de 2014.- La relación política entre Antorcha Campesina y Eruviel Ávila parece muy vulnerable. Ayer, el movimiento antorchista volvió a arremeter en contra del mandatario mexiquense, luego de que han pasado 144 días del presunto secuestro de Manuel Serrano Vallejo, padre de Maricela Serrano Hernández, presidenta municipal de Ixtapaluca. En redes sociales, reprocharon la inseguridad que se vive en la entidad.
Aun cuando hace algunas semanas, Ávila y Maricela habían firmado la pipa de la paz, los antorchistas lanzaron arengas en contra de las autoridades estatales. Parece que sus inquietudes, son financieras para los municipios que gobiernan, como son Ixtapaluca y Chimalhuacán, pero no han sido satisfechas completamente. Lo cierto es que ya suman casi tres años de desencuentros entre Eruviel y Antorcha, sin una salida fácil para ninguna de las partes.
Por medio de diversos mensajes, Antorcha Campesina amenazó con emprender este miércoles una cadena humana de la PGR a Los Pinos, donde exigirán el regreso de Manuel Serrano, que lleva desaparecido más de seis meses. Según sus líderes, de las autoridades estatales no han recibido la respuesta inmediata o adecuada, por lo que ahora tocarán las puertas del gobierno federal, aduciendo cercanía con Peña Nieto y Luis Miranda.
La gran incógnita es si César Camacho, en su calidad de presidente nacional del PRI procederá en contra de Antorcha, Jesús Tolentino Román y Maricela Serrano, pues queda claro que sus protestas desestabilizan al partido al que le deben su calidad de vida –llena de suntuosidades-, su movimiento social y los cargos políticos que acumulan entre diputaciones federales y alcaldías de forma intermitente al menos durante la última década. ¿Acaso no merecen ninguna medida sancionatoria cuando agravian al partido?
Y es que Camacho acumula ya muchos cadáveres en el clóset, desde Cuauhtémoc Gutiérrez, el defenestrado dirigente priísta del Distrito Federal; así como Jesús Reyna, el exgobernador interino de Michoacán, hoy acusado de presuntos nexos con los Caballeros Templarios. En esa lógica, podría voltear al Estado de México y dar de una buena vez un manotazo para poner orden en la casa del Presidente de México, y la suya también.
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