La salida de la barra programática de Porfirio Muñoz Ledo, Carlos Ramos Padilla, Teresa Vale, Rosario Robles y Raúl Cremoux de Televisión Mexiquense está relacionada con el desmarque permanente de la gestión de Eruviel Ávila Villegas respecto de su antecesor Enrique Peña Nieto. La barra programática resultaba además extremadamente onerosa para la administración mexiquense, con una suma aproximada de 100 mil pesos mensuales para cada uno de los conductores estelares de las 10 de la noche. El ahorro será bastante significativo.
La decisión fue tomada por la mancuerna formada por Carlos Aguilar y Raúl Vargas, quienes están en la búsqueda de imprimirle un sello distinto a la imagen institucional de Eruviel Ávila. Todo aquello que sea vinculado a David López Gutiérrez se está eliminando de la estructura, y en esa lógica se explica la eliminación de la barra política de las 10 de la noche que se trasmitía en el canal de televisión gubernamental. Sin embargo, en el entramado de la escena electoral, las reacciones negativas de la supresión de ese espacio televisivo parece ya impactar de forma directa a Enrique Peña Nieto.
Para el mes de Enero, los cambios al interior del gabinete de Eruviel Ávila, no sólo son anunciados sino esperados por muchos de quienes integraron la estructura operativa y de evaluación electoral del hoy mandatario durante la campaña del año pasado. Son decenas de operadores políticos quienes trabajaron cerca de la amplia estructura que llevó al triunfo a Eruviel Ávila, pero es la fecha en que no han sido integrados en cargos clave de su gestión. El pago de facturas se hace obligatorio entrada la etapa electoral, ya sea mediante candidaturas o puestos en la gestión administrativa.
Entre las áreas donde podrían suscitarse modificaciones son las secretarías de Salud, Finanzas y Turismo. La misma suspicacia ronda en la Procuraduría General de Justicia. Eruviel Ávila cuenta ya con una larga lista de prospectos para sumarse a esas dependencias clave en la administración mexiquense. La renovación gradual parece encaminada a sostener ese deslinde de Enrique Peña, encumbrado en la aspiración presidencial de 2012. El equipo eruvielista está en la ruta de ejercer el poder para su interés colectivo.
Eruviel Ávila Villegas tiene la intención de conformar una nueva clase política. Un grupo de políticos provenientes del Valle de México -Ecatepec, Tlanenpantla, Naucalpan y Huixquilucan- por encima del grupo Atlacomulco y los llamados «tolucos». Desde hoy, y de forma por demás anticipada, el círculo rojo de Eruviel está en el afán de diseñar su proyecto sucesorio a partir de esa clase política que se sintió marginada por décadas, mientras el encumbramiento fue monolítico en torno al grupo Atlacomulco.
Los próximos seis meses serán determinantes en el sueño presidencial del Grupo Atlacomulco. Hoy, tras cuatro fallidos intentos, tienen su propio candidato presidencial en la figura de Enrique Peña. De forma adelantada llegó a la cumbre de las encuestas electorales, y la principal incógnita es si aguantará el trote de las guerras sucias, el embate de los poderes fácticos, y las fuerzas vivas del partido que se resisten entregar el poder al Estado de México, ajeno a la famosa nomenklatura. La lucha electoral está por venir, lo sucedido hasta ahora fue sólo un entrenamiento. Al tiempo.