El Senado 2012
Francisco Ledesma
A más de seis meses de que se desarrollen los comicios federales, y poco más de ocho meses para la renovación del Poder Legislativo, podemos anticipar lo que será la conformación del Senado de la República, dadas las bonanzas de nuestra democracia, que premia incluso a los derrotados con el ingreso a la Cámara Alta por el principio de primera minoría.
Desde hoy, a mediados de diciembre, ya se puede anticipar que dentro del sexenio 2012 – 2018, sin importar quien gane la elección presidencial, el escenario legislativo será dominado por los liderazgos hoy enquistados en el poder, tal como Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones del PRI; Ernesto Cordero y Vázquez Mota al interior del PAN; y López Obrador y Ebrard por la izquierda. Sus hombres de confianza ya están en la antesala del Senado.
Del lado del PRI, de forma extraoficial se conoce que irán a la Cámara Alta algunos ex gobernadores como Emilio Chuayffet y Humberto Moreira -ambos peñistas-; así como Fidel Herrera -beltronista-. Y otros liderazgos como Héctor Pablo Ramírez Puga -de Oaxaca- también vinculado al mexiquense. No descarte por medio de lista el ingreso de Arturo Montiel, con lo que el grupo Atlacomulco llegaría ampliamente fortalecido.
A esa lista se suman las posibilidades de Pablo Escudero -yerno de Beltrones- por la vía del Partido Verde Ecologista. Como un hecho se puede designar desde ahora a Jorge Emilio González Martínez -el niño verde también por el PVEM-; aunado a Mónica Arriola -hija de Elba Esther Gordillo- por el PANAL, del ala de Peña Nieto. De tal manera que el de Atlacomulco y el de Sonora llevan amplia mano en la definición de candidatos al interior de su partido, y sus aliados electorales para los comicios del año entrante.
Por el panismo, ya también se advierten algunas claves de sus posiciones senatoriales. Las de mayor importancia: Javier Lozano -por Puebla y vinculado a Ernesto Cordero-; y Roberto Gil -por Chiapas y cercano a Vázquez Mota-. Ambos formados por el calderonismo, el primero como secretario del Trabajo, y el segundo como diputado federal, subsecretario de gobernación, aspirante a la dirigencia nacional del PAN y secretario particular del presidente. A ellos sume a Salvador Vega Casillas, recién renunciado también.
Los panistas ya cuentan con su listado de mujeres. Ahí destacan los nombres de Luis María Calderón -hermana del Presidente, senadora en 2000 y corderista-; así como Xóchitl Gálvez -formada en el foxismo y ligada a Josefina-. Ambas, Josefina y Xóchitl, vienen de perder elecciones por la gubernatura en Michoacán e Hidalgo, respectivamente. Hoy, buscan la revancha para ganar una curul en la Cámara Alta, que les dará vida 6 años.
En el caso del PRD, destaca el liderazgo de Manuel Camacho Solís, el tutor de Marcelo Ebrard, quien no sólo se ve como senador en 2012, sino como el coordinador de su bancada para el sexenio entrante. El vínculo de Camacho Solís con Marcelo y Andrés Manuel le da una interlocución por encima de cualquier otro candidato al Senado por parte de la izquierda.
Mientras que hay otros nombres en ese espectro. Ahí está el caso de Dolores Padierna -esposa de Bejarano- quien será el ala lopezobradorista más radical en el Senado, junto a Alejandro Encinas -hoy diputado y ex candidato a la gubernatura mexiquense-. También se suma entre los aspirantes a Armando Ríos Piter -ebrardista y hoy coordinador perredista en San Lázaro-. Y el reciclaje de cuadros que se extiende por doquier.
En los hechos, por encima de los nombres que esperan el banderazo de salida para buscar una curul en el Senado, se debe entender que responden a un interés de grupo, y que los hoy precandidatos, se convertirán mañana en factores de decisión, pero advierte desde ahora una continuidad en la parálisis legislativa que ha venido enfrentando el país desde 1997, cuando se eliminaron las mayorías absolutas, por causa de la apertura democrática.
La apuesta política de establecer mayorías legislativas parece cuesta arriba con todo y la popularidad del puntero en las encuestas. La influencia suprema de los poderes fácticos parece condición de prevalencia para los privilegios de la clase política. En el corto plazo, no se ve un escenario donde esos grupos políticos estén dispuestos a asumir costos políticos para avalar las llamadas reformas estructurales, gane quien gane. Al Congreso dividido se le suma el radicalismo de posiciones que hoy podemos advertir para el próximo sexenio.
El panorama parece desolador, pues sin tener elecciones, ya contamos con un panorama de pluralidad legislativa, con nombres de senadores garantizados, y la defensa inefable de sus legítimos intereses. El pronóstico aunque indeseable es prácticamente una realidad, no habrá cambios de fondo, ni en la actuación de las cámaras, ni en las plataformas electorales que impulsen los candidatos, ya sea a legisladores, ya sea a Presidente de México.
La tenebra
En marzo, Ricardo Aguilar podría dar el gran salto, y convertirse en el dirigente nacional del PRI. Aunque no tiene la fortaleza de un ex gobernador o de un senador, cuenta con la unción del puntero en las encuestas, y en la restitución del viejo régimen y del partido hegemónico, eso parece ser lo único que importa.