La delegación mexiquense que participará en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 será abanderada este miércoles por el gobernador del estado Eruviel Ávila Villegas. Es un grupo compacto, limitado y con pocas posibilidades de medalla. Hasta tierras londinenses viajarán 22 deportistas mexiquenses, de los cuales los apostadores sólo ven como promesas sólidas a Omar Zepeda -originario de San Mateo Atención- en la marcha de los 50 kilómetros; y Eder Sánchez -de Naucalpan- en la marcha de los 20 kilómetros. El resto va como parte testimonial, de turismo deportivo y de paseo a Europa.
La realidad dista mucho del pasado reciente. Atrás quedaron años de gloria, como el caso de Sydney 2000, cuando los mexiquenses cosecharon medallas con Soraya Jiménez (oro); Noé Hernández (plata); Fernando Platas (plata); Joel Sánchez (bronce) y Víctor Estrada (bronce). En esta ocasión la cosecha será más discreta, pues al menos de entrada los pronósticos son más desalentadores. Algo está fallando en el fomento al deporte.
Una asignatura pendiente que deberá revisar el gobernador Eruviel Ávila es el otorgamiento de estímulos económicos. En el caso del andarín Omar Zepeda el Instituto Mexiquense de Cultura Física y Deporte -IMCUFIDE- le adeudan 14 meses de beca a la que tiene derecho por ser deportista de alto rendimiento. Es decir, desde la administración de Peña Nieto le comenzaron a deber, y las autoridades deportivas se comprometieron a ponerse al corriente antes de la justa olímpica. Y todo apunta a que alguien le miente o le oculta información al mandatario estatal.
Mientras tanto, los directivos del deporte mexiquense están más preocupados y ocupados en participar como comentaristas de Televisa. Está confirmado el viaje de Fernando Platas, director operativo del Imcufide, hasta Londres como parte del Staff que encabeza Javier Alarcón. En tanto, Jesús Mena Campos, director general del mismo, participará al menos como comentarista desde México para evitar suspicacias.
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La entrada del PRI a Los Pinos está consumada. La visita de Peña Nieto a la residencia oficial que habita Felipe Calderón es por demás simbólica. El regreso del priísmo a la Presidencia de la República está ya en el nivel de aceptación de los poderes formales y fácticos. Más allá de la votación del primero de julio, la reunión de ayer entre Calderón y Peña es el pase de estafeta oficial, innegable y también irreversible.
La pesadilla calderonista se hizo realidad. Pasará a la historia como el Presidente del PAN que le regresó el poder al PRI. La impugnación interpuesta por López Obrador es por demás endeble, con poca robustez jurídica y que simplemente será desechada por el órgano jurisdiccional. La visita de Enrique Peña a Los Pinos lo confirma ya, antes que los tribunales electorales, como el próximo Presidente de México.