Parece que los tiempos del cacicazgo pueden reinstalarse en las estructuras priístas de cara a los comicios del próximo año. Lo que suena como una constante, con la operación «chapulín», para brincar de un cargo de elección popular a otro, parece que los ayuntamientos se convertirán, ooooootra vez, en un botín político, un aparato clientelar -donde se prometen cargos públicos-, y una especie de costal económico sin fondo para muchos liderazgos, que hoy son diputados federales y locales, y desean volver a la silla que algún día ya tuvieron.
En esa suerte de posibilidades, sume usted al legislador local David Sánchez Isidoro, quien buscará de nueva cuenta la alcaldía de Coacalco, cuya gestión no concluyó por cierto, en el ánimo de convertirse en diputado local. Los recuerdos vigentes en torno a la administración de Sánchez Isidoro son de una curva ascendente en la presencia del crimen organizado. Goza del cobijo del coordinador de los diputados locales José Manzur Quiroga A su medio hermano, de nombre Eduardo Manzur Ocaña, lo acribillaron de más de 100 balazos cuando era secretario técnico del ayuntamiento de Coacalco, bajo el mandato del incipiente David Sánchez que busca un nuevo fuero.
Otro diputado local en esa sintonía es Martín Sobreyra, quien busca un enroque con el actual alcalde de Nicolás Romero, Alejandro Castro Hernández. Sobreyra es un legislador advenedizo, que alentó en su momento las aspiraciones de Ernesto Nemer -entonces coordinador parlamentario- cuando buscaba ser candidato a gobernador. Tras la postulación de Eruviel Ávila, el diputado Sobreyra ha buscado el acomodo en el grupo político del mandatario, y coquetea anticipadamente para regresar a la Presidencia Municipal de Nicolás Romero. Aunque el que a dos amos sirve, con uno queda mal.
En Metepec, el legislador federal Miguel Ángel Terrón no canta mal las rancheras. Aunque su tarea en San Lázaro ha sido de discreta a mediocre, sin grandes tareas para la operación política ni de Enrique Peña, ni mucho menos de Eruviel Ávila, el legislador federal auspiciado por Emilio Chuayffet, pero sobre todo por César Camacho, apuesta a ocupar el cargo de alcalde que ya tuvo en la década de los noventa. Enfrente tiene la figura de Laura Barrera que bajo el arropo de Heberto -papá-, y Jaime -tío-, le tienen asegurada una posición en las boletas electorales de julio próximo.
Nadie pierda de vista a Enrique Jacob. El legislador local que vergonzosamente entregó el poder de Naucalpan al panismo, busca ser el sucesor natural de Azucena Olivares. A base de su twitter, en donde muestra su «disciplina» política cree tener los méritos necesarios para ser alcalde. Aunque por delante están Sergio Mancilla -por el lado de Chuayffet-; y David Sánchez, en la punta de lanza para alcanzar la Presidencia Municipal. La gran duda es si el partido se decidirá por los viejos caciques locales.
La renovación de cuadros, la profesionalización de militantes y el rostro del nuevo PRI, simplemente es letra muerta en algunos municipios mexiquenses. Los conocedores de la alquimia electoral sostienen que es momento de que Raúl Domínguez Rex haga un mapa de riesgos sobre las elecciones 2012, y se lo turne en lo inmediato al elector número uno de la entidad, que despacha desde Lerdo 300, si es que en su imaginario está cumplir con la meta de 5 millones de votos que deben aportarle al puntero de las encuestas presidenciales.
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En la carrera por el Senado de la República la fórmula parece favorecer a la alcaldesa Ana Lilia Herrera Anzaldo por parte del PRI, y al eterno dirigente del Partido Verde Ecologista Alejandro Agundis en representación de su partido. Para el listado plurinominal apunte usted a los diputados federales Francisco Rojas Gutiérrez y Emilio Chuayffet Chemor.
