Al menos una decena de alcaldes mexiquenses buscan subirse al barco de la elección federal. Sueñan con despachar desde San Lázaro los próximos tres años. Saben en su interior que no serían otra anécdota de legisladores federales provenientes del Estado de México. Su visión está perfilada a ser parte del proyecto político de Enrique Peña, en caso de que el de Atlacomulco se convierta en Presidente de México. Los mexiquenses serían «amos y señores» del Congreso de la Unión. Un brazo articulador de las decisiones presidenciales. Ahí es donde late el corazón de los alcaldes.
Entre los posibles candidatos a San Lázaro, se enlista a Alfredo del Mazo Maza por Huixquilucan, María Elena Barrera por Toluca, Arturo Ugalde de Tlalnepantla, Tanya Rellstab de Tenancingo, Hugo Hernández Vargas de Ixtapan de la Sal, y hasta David Castañeda de Atizapán de Zaragoza. Algunos de ellos, ya con la confirmación en la mano, preparan las licencias a sus cargos públicos para ser parte de los procesos internos del priísmo. La caballada aseguran ellos, estará pesada en la Cámara Baja.
En la estructura gubernamental, no están aislados de la circunstancia. Y nadie pierde de vista a los funcionarios mexiquenses cercanos a Peña Nieto, que pudieran convertirse en diputados federales por mayoría, o bien por la vía plurinominal. Ahí se enumera a Ernesto Nemer, Gabriel O´Shea, Raúl Murrieta y Alfredo Castillo. Al gobierno de Eruviel Ávila le urge el pago de facturas políticas y ampliar su élite política basamentada en un nuevo grupo asentado de preferencia en el Valle de México, y muy en particular oriundos de Ecatepec, el municipio natal de Eruviel, y el más poblado de la entidad.
También una decena de diputados locales están en esa misma lógica. José Manzur encabeza las ambiciones. Seguido de Pablo Bedolla, David Sánchez Isidoro, Enrique Jacob y Fernando Zamora. A ellos se suman los legisladores del PANAL, Antonio Hernández Lugo y Lucila Garfias; además de los ecologistas Miguel Sámano Peralta y Francisco Funtanet. Los suplentes de los diputados ya alistan sus maletas para arribar al congreso local, pero sobre todo, esperan con ansías ser dados de alta en la jugosa nómina.
Hay personajes cercanos a Peña Nieto -mexiquenses claro está- que no deben descartarse de la posibilidad de ingresar a las diputaciones federales, ya sea por mayoría o por la vía plurinominal. Ahí están Luis Miranda, Luis Felipe Puente, Alejandro Ozuna y Arturo Osornio, muchos de ellos labrando la ruta electoral del peñismo como delegados del PRI en algunas entidades del país. Su operación electoral sin duda deberá ser recompensada con alguna factura política. El linaje de ser del Estado de México para ser la mejor carta de presentación al interior del PRI durante los próximos meses.
Pasado el proceso de definir a los candidatos a diputados federales, vendrá un nuevo palomeo. La pelea por las diputaciones locales y alcaldías no es cosa menor. En el PRI mantienen la idea de ir por el carro completo, y de conseguirlo, será un suculento platillo presupuestal, cuyo control parece estar bajo el empoderamiento de Eruviel Ávila y su grupo político. Como dijo aquél célebre priísta, ¡Qué no se hagan bolas! Las decisiones de las candidaturas locales pasan por la aprobación del inquilino de Lerdo.