Redacción
El próximo domingo, el ex gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto formalizará ante el Comité Ejecutivo Nacional del PRI su registro como precandidato único a la Presidencia de la República. Convertido en virtual candidato presidencial, alcanzará el sueño del Grupo Atlacomulco de abanderar la causa priísta rumbo a Los Pinos, situación que fue frustrada en las aspiraciones de Alfredo del Mazo González, Emilio Chuayffet Chemor, Arturo Montiel Rojas, y hasta Carlos Hank González.
Pero Peña Nieto no sólo tiene en la bolsa la candidatura presidencial, sino que además encabeza las preferencias electorales rumbo al 2012, por encima de los contendientes de la oposición, como son los casos de Andrés Manuel López Obrador -del PRD-; y la panista Josefina Vázquez Mota -que registra el mejor posicionamiento al interior de su partido-. El proceso por recorrer aún es largo, pues será hasta el mes de marzo cuando el periodo de campañas sea abierto, y de ahí en adelante, el reto será mantenerse en la punta de las preferencias hasta el 1 de Julio de 2012, fecha de los comicios.
En el círculo cercano de Peña Nieto, existe plena confianza, en que la ruta electoral está en el camino correcto. En las últimas semanas, se dio en principio la nominación de López Obrador como candidato de las izquierdas, y se bajó de la contienda Marcelo Ebrard, a quien se consideraba un candidato más competitivo. Lo cierto es que, López Obrador ha tejido una estructura electoral sin precedentes durante los últimos años, la cual no puede ser cuantificable en los ejercicios estadísticos o de encuestas.
En la semana que está por concluir, el senador priísta Manlio Fabio Beltrones declinó a su aspiración presidencial. Y aunque en los hechos y en los discursos no lo hizo en favor de Enrique Peña Nieto, le ha dejado al mexiquense el camino libre para convertirse en el candidato del PRI a la Presidencia de México. La aspiración del mexiquense engloba un anhelo para el llamado Grupo Atlacomulco por hacerse del poder presidencial, y más en las circunstancias de recuperar la Presidencia para la causa priísta.
Desde hace un par de meses, tras dejar el cargo de gobernador de la entidad, Enrique Peña Nieto trabaja metódicamente en su campaña presidencial, para lo cual ha rentado un par de sedes, que sirven como oficinas, en la zona residencial de Lomas de Chapultepec en el Distrito Federal. Desde ahí, opera junto con su equipo más cercano, convertido en una especie de círculo rojo, que le asesora, le aconseja, cabildea políticamente, y son su brazo ejecutor de cara a los comicios del año entrante.
En esa lista, se enumera a Luis Videgaray Caso -operador financiero de Peña y quien anhela en convertirse en secretario de Hacienda-; David López -vocero de Peña Nieto, vinculado al Grupo Atlacomulco desde los tiempos de Alfredo del Mazo González-; Luis Miranda Nava -el más avezado del grupo denominado Golden Boy´s, identificado por políticos jóvenes formados en el mandato de Arturo Montiel-; Erwin Lino Zárate -secretario particular de Peña Nieto-; y Roberto Padilla -secretario técnico del gabinete en su administración-.
Desde fuera, Peña Nieto también tiene operadores políticos que trabajan para la causa priísta. Ahí destacan Jesús Alcántara Nuñez, -diputado local y principal operador electoral-; Alfonso Navarrete Prida -diputado federal e interlocutor de Peña en San Lázaro-; Ricardo Aguilar Castillo y Miguel Ángel Osorio Chong -que son la voz del peñismo al interior del PRI-. El mexiquense confía en que ese grupo de operación le permitirá, junto con la estructura del partido, sortear los obstáculos que están por venir, en su búsqueda obcecada por la Presidencia de la República.