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Ungen a Eruviel Ávila como gobernador electo

Redacción

 

Eruviel Ávila Villegas recibirá este lunes la constancia de mayoría, que lo declarará como gobernador electo del Estado de México, luego de que el Consejo General del Instituto Electoral de la entidad otorgue la validez a los comicios del pasado 3 de julio, en una sesión prevista para realizarse esta mañana, para que sea el próximo 15 de septiembre cuando tome protesta como mandatario mexiquense para el periodo 2011 – 2017.

Eruviel Ávila
Eruviel recibirá la constancia de mayoría

Luego de casi ocho meses de emprender una lucha encarnizada, donde tuvo que sortear una contienda interna soterrada, y tras 45 días de proselitismo oficial; el ex alcalde de Ecatepec, Eruviel Ávila se convertirá oficialmente este lunes en el sucesor de Enrique Peña Nieto, que dejará la gubernatura en un plazo de 30 días, para emprender su proyecto personal enraizado en la candidatura priísta por la Presidencia de la República en 2012.

 

Desde Enero pasado, los diferentes grupos políticos del PRI comenzaron estrategias de posicionamiento para definir al candidato a la gubernatura mexiquense. Los ex gobernadores presionaron fuerte para la designación del abanderado rumbo a la contienda electoral de 2011.

 

En orden alfabético, Alfredo del Mazo Maza fue impulsado por su padre, el ex gobernador Alfredo del Mazo González, y por funcionarios públicos identificados con su gobierno, como Gerardo Ruiz Esparza, secretario de comunicaciones; y David López Gutiérrez, vocero de Enrique Peña Nieto.

 

El grupo libanés, encabezado por el ex gobernador Emilio Chuayffet, jugó su carta fuerte con el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Legislatura Estatal, Ernesto Nemer Álvarez. Desde el gobierno, el grupo chiafettista prolifera, y respaldó la aspiración de Nemer tan sólo desde las secretarías de Desarrollo Social y Educación con Alejandro Ozuna y Alberto Curi.

 

El ex gobernador Arturo Montiel, parecía traer varias cartas en su bolsa. En el proceso previo a la designación del candidato a gobernador, levantaron la mano ex funcionarios de su gobierno como Manuel Cadena Morales y Alfonso Navarrete Prida. Sin embargo, en la recta final, el montielismo se decidió por apoyar a Eruviel Ávila, a la postre candidato priísta a la gubernatura.

 

El actual mandatario, Enrique Peña Nieto, parecía contar con dos cartas para jugar la sucesión por la gubernatura. Ricardo Aguilar Castillo, entonces dirigente estatal del PRI, y compañero de Peña Nieto desde que fueron ambos diputados locales. Y por otra parte, Luis Videgaray Caso, ex secretario de Finanzas, y uno de los principales operadores políticos de Enrique Peña en la legislatura federal desde la comisión de Presupuesto y Cuenta Pública.

 

En la recta final, tanto Ernesto Nemer como Luis Videgaray declinaron a la candidatura priísta, sabedores de que la decisión estaba tomada y la candidatura favorecería al alcalde de Huixquilucan Alfredo del Mazo Maza. R           icardo Aguilar optó por no pronunciarse, pero desde entonces, Eruviel Ávila alzó la voz; y amedrentó con una frase retadora: “sigo vivito y coleando”.

 

En las horas decisorias, la alcaldesa de Naucalpan Azucena Olivares levantó la mano. Sostuvo que era momento de tomar en cuenta a las mujeres mexiquenses, y al Valle de México para la candidatura priísta por la gubernatura mexiquense.

 

A 24 horas de la decisión final, el gobernador Enrique Peña Nieto citó a los involucrados a una cena para anunciar al ungido. Frente a todos, Eruviel Ávila lanzó la posibilidad de convertirse en candidato de la alianza opositora PAN-PRD, en caso de no ser favorecido para contender por el PRI por la gubernatura estatal; contaba ya con el respaldo absoluto de dos políticos del Valle de México: Manuel Cadena Morales y Azucena Olivares. La fractura era una amenaza latente.

 

Entonces la decisión dio un viraje inusitado. Alfredo del Mazo Maza declinó a la mañana siguiente; Eruviel Ávila pidió licencia al cabildo para retirarse de la presidencia municipal de Ecatepec. Y de paso se sepultó la posibilidad de construir la alianza opositora entre PAN y PRD.

 

Convertido en candidato del PRI, vinieron las alianzas electorales con PANAL y PVEM. Eruviel Ávila Villegas enfrentó una contienda electoral tersa, derivado de la estructura electoral priísta que rebasó por una mayoría abrumadora los esfuerzos del PAN y PRD, que decidieron mandar a la aventura electoral a cartuchos quemados a su elección: Luis Felipe Bravo Mena y Alejandro Encinas Rodríguez, quienes ya habían contendido por la gubernatura mexiquense en 1993.

 

La falta de arraigo al Estado de México tanto de Bravo Mena como de Alejandro Encinas; sumado al dispendio de recursos que desplegó la campaña electoral de Eruviel Ávila, dieron un resultado histórico a favor del priísta que cosechó más de 3 millones de votos.

 

En una campaña electoral también inédita, las redes sociales fueron una plataforma para impulsar “guerra sucia” que enmarcaba denostaciones entre los candidatos. Los agravios iban desde el maquillaje en las “chapitas” de Eruviel Ávila en uno de los debates, hasta calificar al perredista Alejandro Encinas de “mentiroso” por las acusaciones que profería al abanderado priísta.

 

Frente a una estructura electoral como la priísta, y una oposición no sólo dividida, sino pulverizada tras los resultados electorales de 2009, los dos años transcurridos no fueron suficientes para mostrar una recuperación en su rentabilidad política. Por el contrario, obtuvieron menos votos que los obtenidos en la elección intermedia. Y el PRI aprovechó esa circunstancia para incrementar su ventaja en los comicios, donde el PANAL jugó un papel fundamental en la operación.

 

El 3 de julio, tras una jornada electorales de 10 horas, tiempo en el que permanecieron abiertas poco más de 17 mil casillas, Eruviel Ávila Villegas superó los 3 millones de votos. Alejandro Encinas apenas alcanzó los 900 mil sufragios, aunque en un resultado histórico para el PRD en una elección de gobernador alcanzó el segundo lugar. Mientras que el panista Luis Felipe Bravo Mena sumó poco más de 500 mil votos, y sucumbió en un vergonzoso tercer sitio.

 

Tras impugnaciones hechas por la oposición, que parecían una simple argucia legaloide para justificar su impericia electoral, las autoridades jurisdiccionales determinaron anular poco más de 60 casillas, lo que representa apenas unos 50 mil votos, sin cambios significativos en la votación final. Eruviel Ávila se aproxima a la sucesión de Enrique Peña, la cuenta regresiva ha llegado a su recta final.

 

 

 

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