Otra gran mentira que impera en la campaña del priísta Eruviel Ávila Villegas es la propuesta que se refiere al no cobro del IETU (Impuesto Empresarial a Tasa Única) para los pequeños contribuyentes. Resulta que actualmente en el Estado de México la tasa por el cobro de dicha contribución es del CERO por ciento, es decir, no se cobra por decisión del Gobierno del Estado de México, y la promesa de Eruviel no tiene nada de novedoso.
A esa falsa promesa, se suma la demagógica eliminación al impuesto de tenencia vehicular. Exhibido previamente en uno de los debates, la propuesta de Eruviel Ávila tiene sustento en un decreto presidencial –autoría de Felipe Calderón- para derogar dicho impuesto. Aún más, desde principios de año –también lo evidenciaron- el propio gobernador Enrique Peña anunció que a partir de 2012 ese impuesto no se cobraría.
A ese paso, Eruviel Ávila cumplirá muchas de sus promesas firmadas ante notario público, incluso antes de que tome protesta como gobernador, derivado de que muchas de sus promesas de campaña ya se llevan a cabo. De tal manera, que como resultado de sus plagios discursivos y falsas promesas, el ex alcalde de Ecatepec debería comprometerse a no mentirle más a los mexiquenses y sus instituciones.
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A propósito de la credencial llamada La Efectiva, ¿alguien sabe cómo se reparte? o ¿cómo se consigue? Es la máxima expresión del clientelismo priísta. La famosa credencial de asistencialismo rampante se reparte a quienes son votos seguros para el candidato Eruviel Ávila, y trae consigo un número de barras para poder ser dado de baja en caso de no asistir a las urnas el 3 de julio. La movilización electoral del PRI ha mejorado sus mecanismos de coacción electoral por medio de la tecnología, no cabe duda.
El gran articulador de esta argucia electoral, disfrazada de mercadotecnia política y compromiso social, es el secretario de Organización Carlos Iriarte Mercado. Desde su oficina se ha afinado el sistema de repartición de la famosa Efectiva, y que es, efectivamente un mecanismo de control electoral, que garantiza la participación de los votantes en situación económica vulnerable sin que haya evidencia del delito electoral.
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El ocaso del gobierno de Enrique Peña Nieto ha entrado en su etapa culminante. Las oficinas del sector central han iniciado ensayos sobre los procesos de entrega – recepción. Las contralorías internas de cada dependencia trabajan a marchas forzadas para cuadrar las cifras, y hacer que el año de Hidalgo se note lo menos posible.
Hay una clara instrucción para que las declaraciones patrimoniales de los altos funcionarios –incluida la del gobernador Enrique Peña- permanezcan bajo un fuerte resguardo, no vaya a ser que historias ya conocidas se repitan en la víspera de definiciones por la elección presidencial de 2012. Como diría Germán Dehesa: Montiel ¿Qué tal durmió?
