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OFF THE RECORD 04-03-2025

Toluca, Edomex; 4 de marzo
de 2025.- En la conversación pública ha comenzado a permear con fuerza la
sucesión de la rectoría de la UAEMex. Hay dos factores que atraen la atención
de la opinión pública: por un lado, la inminente llegada de una mujer al despacho
principal del edificio ubicado en la calle Instituto Literario; y por otra
parte, la contienda abierta a más de una candidatura, por encima de
postulaciones únicas que en el pasado dejaban sin opciones a la comunidad
universitaria al momento de decidir sobre su futuro académico.

 

En el último informe del
rector Carlos Barrera Díaz, los reflectores estuvieron en tres pistas. En
primer lugar, la asistencia de la gobernadora Delfina Gómez, acompañada por integrantes
de su gabinete y legisladores federales y locales. El morenismo en pleno,
aunque son muy pocas las figuras del actual régimen egresadas de la UAEMex.
Para Delfina Gómez, lo que pasa en todas las áreas educativas, llámese mandos
gubernamentales, instituciones académicas o sindicatos del magisterio, son
prioritarios para su toma de decisiones.

 

En segunda instancia, la
presencia de los exrectores, quienes también mueven sus piezas o tienen interés
en el ajedrez universitario. Llama la atención la ausencia de Alfredo Barrera
Baca. Los Gasca -Agustín y Eduardo- los menos influyentes y más alejados de una
vigencia política. Jorge Olvera el de mayor defenestración pública, con su
mente en otra elección. Efrén Rojas, uno de los sepultureros del priísmo. Marco
Morales y José Martínez, cerraban la escena. En la incógnita, el futuro político
de Carlos Barrera, si eventualmente seguirá la ruta de sus antecesores para
incursionar en áreas del gobierno.

 

Y cuando había terminado
la lectura del cuarto informe, vino la inevitable apertura a la sucesión de la
rectoría. Las aspirantes que ya confirmaron que participarán en el proceso
interno. Otras más que todavía analizan condiciones, aunque debajo del escritorio
ya guardan su renuncia. Aunque en la sede de rectoría no estaban todas las que
dicen querer. Las ahí presentes, todas placeándose entre directores de espacios
académicos, docentes, alumnos y administrativos. Mientras el rector en
funciones disfrutaba de los últimos momentos en el ejercicio pleno del poder. Queda
claro, nada es para siempre.

 

Un denominador común
antes de la contienda: los directores de espacios académicos deben mantenerse
neutros durante las jornadas de promoción; y la opinión mayoritaria de alumnos,
docentes y administrativos deberá orientar el voto de los consejeros universitarios
en la elección del 14 de mayo.

 

El proceso por delante
será de meses muy intensos. La votación sí es un asunto exclusivo de la
comunidad universitaria, pero su desarrollo debe ser del escrutinio de la
opinión pública. Ahí se puede ganar en credibilidad y posicionamiento, o
viceversa. La coyuntura política exige de una sucesión sí con estabilidad, pero
con la apertura democrática que requiere la comunidad universitaria, y que
alguna vez -los egresados de la misma- ya hubieran querido, antes que votar por
candidaturas únicas.