Toluca, Edomex. 28 de
enero de 2025.- Lo que viene en las próximas semanas, será un quehacer
vertiginoso rumbo a lo que será la primera elección de jueces y magistrados del
Poder Judicial del Estado de México. A más tardar el 9 de febrero, deberá
emitirse la convocatoria por parte de los tres poderes, para que los
interesados en los cargos a elegirse puedan registrar su aspiración. La
elección programada para el 1° de junio es apenas conocida por un sector
minoritario de la población, y causa escaso interés entre los electores. Que a
nadie sorprenda los bajos niveles de votación. Será casi una prueba piloto.
Lo positivo es que no
participarán los partidos políticos. El riesgo de la trampa, el clientelismo y
el despilfarro disminuye sustancialmente. Tampoco habría porqué esperar
campañas negras. Será una elección inédita con la inclusión de la sociedad civil.
Pero como los partidos políticos nunca pierden, ellos recibirán su
financiamiento intacto; casi mil millones de pesos, a pesar de que no habrá
elecciones para sus fines. Ahí parece que no ha llegado la austeridad
presupuestal; las burocracias partidistas ya alistan el botín.
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La inseguridad sí es el
mayor desafío al que se enfrentan los Ayuntamientos, pero es también un
problema estructural para el que no están preparados. Ayer en Metepec, el
alcalde Fernando Flores reconoció que en el municipio se han presentado ejecuciones
que, previamente habían podido contener, pero que no son ni por asomo Ecatepec
o Coacalco, ni tampoco Sinaloa. Son realidades y geografías diferentes,
imposible de comparar social o políticamente; pero en todos los casos, debe
asumirse que ninguna policía municipal podría por sí sola afrontar la
criminalidad de sus territorios. Un buen comienzo es la autocrítica.
En Ecatepec, la
gobernadora Delfina Gómez entregó cien patrullas como parte de la estrategia de
combate a la delincuencia. El municipio más poblado del estado parece hoy tener
una atención diferente. No basta ni con más policías y muchas más patrullas. Tampoco
resulta suficiente con la “coordinación” de los tres ámbitos de gobierno. Viene
una intervención urbana, mucha voluntad política y mayor presupuesto público. El
tejido social está resquebrajado, y ahí es donde los gobiernos no han encontrado
fórmula de reconstruirlo.
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¿Alguien sabe en qué
benefició a los Ayuntamientos la reducción de síndicos y regidores que se
implementó en el Estado de México hace tres años? Desde el trienio pasado, que
concluyó en diciembre pasado, se prometió que los municipios mexiquenses tendrían
mayores recursos presupuestales por una disminución en su nómina, y que ese
dinero se destinaría en obra pública. La realidad es que, la gran mayoría de
los municipios adolecen el abandono de su infraestructura urbana; y el gasto de
sus burocracias nunca disminuyó.