OFF THE RECORD 09-10-2024
Toluca, Edomex; 9 de
octubre de 2024.- El reto más desafiante que tendrán los 125 alcaldes que
entran en funciones el 1° de enero será el tema de la inseguridad, más en
momentos tan complejos como los ocurridos tanto en el Estado de México como en
otras entidades del país, en donde la autoridad local también es la más
vulnerable. Ahí, debería hacerse una estrategia particular, por encima de los
burocráticos procesos de entrega – recepción que solo marcan requisitos administrativos.
Revisar el estado de
descomposición de las policías municipales debería ser una prioridad para los alcaldes
electos, sin importar las filiaciones partidistas. Conocer si hay presidentes
municipales que, al momento, hayan sido objeto de amenazas por parte de la delincuencia
organizada. En los municipios, donde sus comisarios de seguridad han sido
detenidos por estar coludidos con criminales, tomar acciones emergentes con la
Fiscalía de Justicia y la Secretaría de Seguridad. No basta con que los
directores de seguridad pasen por controles de confianza, o que estos sean
aprobados por el gabinete de seguridad estatal.
A la infiltración de la
delincuencia común y organizada, hay que sumarle la insuficiencia de elementos de
policías municipales en municipios medianos y grandes; la precariedad salarial
y la falta de capacitación; el equipamiento obsoleto. El combate a la
inseguridad siempre forma parte de las promesas de campaña, pero en el
ejercicio de gobierno se reduce a entregar uniformes, comprar patrullas nuevas,
y voltearse a otro lado para ignorar el problema.
Los hechos de violencia
en el estado de Guerrero, marcan la pauta de lo complejo que es la
gobernabilidad en el sur de la entidad. Sin embargo, la influencia criminal se
ha extendido a otras regiones de la geografía estatal, como en municipios del
norte, donde algunos poblados ya viven asolados por grupos delincuenciales. Sin
dejar de lado, que las zonas urbanas como el Valle de Toluca y el Valle de
México enfrentan una delincuencia común que durante muchos años ha sido desatendida
por negligencia u omisión de los últimos alcaldes.
Es cierto, el Estado de
México no presenta altos niveles de homicidios dolosos si se considera la tasa
por cada cien mil habitantes, sin embargo, mientras haya otros delitos que
laceran la integridad y el patrimonio de los mexiquenses la tarea está
incompleta. La gobernadora Delfina Gómez le ha otorgado un tema prioritario en
la agenda pública, aunque el asunto no se resuelve por mera voluntad política. Los
municipios también deben involucrarse en el asunto.
La comparecencia de Cristóbal
Castañeda dará cuenta de las acciones de los últimos doce meses, aunque él solo
lleva tres meses en el cargo. Su corta estancia al frente de la dependencia no
debe ser pretexto para conocer cuál es la estrategia del estado frente a la
delincuencia, y en qué se diferencia de los gobiernos de Montiel, Peña, Eruviel
y Del Mazo, para saber si hay procesos y estrategias diferentes que hagan pensar
en que habrá resultados diferentes.