El senador ex perredista René Arce ha tapizado con espectaculares y pendones que promociona su imagen en el Distrito Federal. Su vinculación con el priísmo mexiquense lo hace una carta fuerte hacia la jefatura de gobierno. La operación política del gobierno de Peña Nieto fue fundamental para que los hermanos René Arce y Víctor Hugo Círigo se sumaran a la campaña electoral de Eruviel Ávila Villegas.
La influencia de los hermanos Arce – Círigo se focaliza en la delegación Iztapalapa, la región más poblada de la capital del país con 2.5 millones de habitantes, cuyo padrón electoral resulta fundamental para la recuperación priísta en el Distrito Federal. Además, como parte de los compromisos políticos de Eruviel Ávila se deberá integrar a su gabinete a parte del grupo político de René Arce. La disputa por el 2012, rumbo a la Presidencia de la República pasa por la capital del país, y Enrique Peña lo sabe y trabaja en ello.
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Las inundaciones del Valle de México han producido un conflicto político amplio. José Luis Luege Tamargo amagó al gobernador Enrique Peña Nieto con arremeter en contra de su mandato, por no asumir la responsabilidad que le tocaba al mexiquense en las anegaciones. El conflicto incluía la negligencia de algunas autoridades municipales. Por ello, Peña Nieto prefirió asumir el costo político de las cosas. Luege tiene puesta la mira en la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, de ahí que las circunstancias para enfrentar el desastre del Estado de México tenga consecuencias electorales.
El sistema de Protección Civil ha demostrado su ineficacia. Pensar que entregar despensas, cobijas y bonos de cinco mil pesos es suficiente para atender a los damnificados es asumir un gobierno asistencialista y dista mucho del Estado Eficaz que propone liderazgos. A la fecha, aún hay habitantes de Valle Dorado que no han recuperado los daños materiales de la inundación que sufrieron en septiembre de 2010.
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La Secretaría de Hacienda y Crédito Público entregará este jueves el Paquete Económico. La verdadera lucha electoral de 2012 se disputará en la repartición del ejercicio fiscal del año entrante. Será en el gasto público donde se juegue los comicios presidenciales, a partir de la entrega de despensas, becas escolares y demás prerrogativas clientelares. Los partidos políticos se darán hasta con la cubeta para tener sus respectivas maquinarias bien aceitadas con una buena cantidad de billetes en la cartera.
En los últimos seis años el gasto del gobierno federal se ha incrementado en un 30 por ciento, mientras que los recursos que reparte la federación a los estados sólo ha crecido en un 12 por ciento. Las entidades argumentan que ese es el motivo de que haya crecido la deuda pública, incluida Coahuila, donde los priístas se han ido desmarcando paulatinamente. Lo cierto es que desde hoy, y hasta el mes de noviembre se avizora una aguda discusión para repartirse el dinero que se habrá de gastar en el año electoral.
