Toluca, Edomex; 9 de agosto de 2024.- Jorge Meade Ocaranza quien tuvo un fracasado paso como delegado del PRI en el Estado de México, con los peores resultados electorales en la historia del partido, ha sido premiado por la dirigencia nacional de Alejandro Moreno. Desde hace algunas semanas, abandonó las tierras mexiquenses para incorporarse como subsecretario de Organización en el comité nacional. Con la marca de la casa, se premia a quien demuestra lealtad por encima de eficacia.

En su fugaz transito por la entidad, Meade Ocaranza acumuló adversarios al interior de su propio partido. Quienes lo trataron personalmente, fueron testigos de su falta de sensibilidad política. Defendió a tope la imposición de candidaturas palomeadas por la dirigencia estatal. De formas poco ortodoxas, dejó de manifiesto su desconocimiento sobre la clase política local, y la diversidad de sus regiones geográficas. Lo mejor que le pudo pasar a Ana Lilia es haberse quitado de encima a Jorge Meade, hoy instalado en el priísmo nacional.

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Entre 1997 y 2027, habrán transcurrido treinta años en los que Eruviel Ávila habrá acumulado 26 años en cargos de elección popular. Una carrera nada despreciable, que tuvo dos pausas: en el año 2000, cuando perdió la elección por una diputación federal; y en 2017, cuando terminó el sexenio de su gubernatura. Un año después se incrustó como candidato senatorial plurinominal por el PRI, partido al que hoy tanto desprecia desde el PVEM. La cúspide del poder la alcanzó en el 2011, cuando se convirtió en gobernador de la entidad.

A través de sus redes sociales, ayer Ávila publicó una fotografía en la que agradece al equipo de trabajo que lo acompañó durante los últimos seis años en el Senado de la República. El gran ausente en la toma fue José Manzur Quiroga, quien fue durante todo el periodo secretario técnico de la comisión de Marina que presidía el ecatepense. Dentro de tres semanas, Eruviel despachará desde San Lázaro, un cargo que se le había negado, pero que ahora se le ha otorgado por su buena relación política con el exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco.

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A cinco meses de que inicien funciones, los alcaldes electos morenistas ya han sido convocados a diversos encuentros de capacitación por sus órganos partidistas. No se trata de los mecanismos oficiales, pero sí han servido para cerrar filas entre quienes ganaron la elección el pasado 2 de junio. La instrucción es clara, para evitar excesos de poder y no dilapidar el capital político que les ha otorgado el votante con abrumadora presencia en los municipios. Además, de sumarse sin cortapisas a los programas, acciones y estrategias del gobierno estatal. El programa de regionalización se vuelve prioritario en su agenda.

Algunos, que son los menos, no descartan llegar a una cacería de brujas sobre alcaldes panistas y priístas que han abusado de su encargo, y podrían heredarles un desastre financiero en las tesorerías municipales que recibirán en el mes de enero, sobre todo ante quienes perdieron su intento de reelección en los comicios recientes. Sólo que, generalmente, pesan más los pactos de impunidad que los intentos de revanchismo político.