Las intrigas palaciegas siempre han existido para construir acuerdos legislativos. A nadie debiera sorprender las pugnas internas morenistas por definir a su próximo coordinador legislativo en la Legislatura del Estado de México. La intentona del grupo político de Higinio Martínez por mantener en el cargo a Maurilio Hernández, solo demuestra su ascendencia sobre varios de los diputados locales electos en los comicios del pasado 2 de junio; y por encima de una afrenta con la gobernadora en turno, también da muestra inequívoca de la robustez de Morena sobre los demás partidos políticos en la entidad.

Hasta en el régimen priísta, donde todos los grupos políticos presumían institucionalidad al presidente o gobernador en turno, siempre hubo esa pugna interna por definir posiciones legislativas que se convertían además en el trampolín por otras aspiraciones políticas en la trayectoria personal de las élites tricolores. Esa misma lógica política hoy tiene abierto la disputa entre Maurilio Hernández y Francisco Vázquez por la coordinación morenista del Congreso local, con amplias posibilidades de favorecer al originario de Texcoco.

Por tener un recuento, en el año 2009, cuando el entonces gobernador Enrique Peña se decantó a favor de Ernesto Nemer como coordinador de la bancada priísta; los montielistas buscaron frenar esa decisión, desde cuya posición Ernesto se convirtió en tirador por la sucesión de la gubernatura en 2011.

Durante 2011, cuando la disputa entre Enrique Peña y Manlio Fabio Beltrones había alcanzado niveles máximos; el mexiquense impuso su poder desde San Lázaro, donde se hizo de la comisión de Presupuesto para Alfonso Navarrete y la comisión de Derechos Humanos para Manuel Cadena. Y en una última estocada hizo a Emilio Chuayffet presidente de la Mesa Directiva.

En el 2015, desde San Lázaro, siendo Peña Nieto presidente de México, los mexiquenses impulsaban la idea de que Alfredo Del Mazo fuera designado como presidente de la comisión de Presupuesto y Cuenta Pública. Sin embargo, se atravesaron los intereses de Luis Videgaray, todavía secretario de Hacienda, quien impuso al tamaulipeco Baltasar Hinojosa -emparentado con Juan Armando Hinojosa-, al frente de la comisión legislativa de mayor poder político. Por algunos meses, Del Mazo presidió la comisión legislativa de Infraestructura.

Hasta hace tres años, con Del Mazo con gobernador, todo apuntaba a que Gustavo Cárdenas sería el coordinador de los mexiquenses en San Lázaro. El anuncio se había socializado entre la bancada priísta local; no obstante, los constantes desencuentros entre el mandatario estatal con Alejandro Moreno, hizo cambiar de opinión en el último momento, y ungir a Miguel Sámano al frente de los diputados federales de la entidad. Con todo y que respondían al mismo grupo político, el cambio de timón se ejerció desde Palacio de Gobierno.

Higinio Martínez se formó políticamente al amparo del priísmo, y asume que jugar varias cartas siempre otorga mayor jerarquía en la toma de decisiones. En un gobierno de izquierda progresista, pensar que todas las definiciones se deben considerar de forma vertical es hasta un suicidio ideológico. Es más el fuego amigo lo que pretende incidir en las disputas morenistas, que todavía atraviesa una curva de aprendizaje para ejercer el poder y ya no actuar como oposición.

La democracia que tanto se pregona en las urnas, también debe ejercerse desde la vida interna de los partidos políticos. Sin ejercer cacicazgos de dirigentes que se creen eternos e invencibles, ni desde gobernantes que pretendan asumir obediencia plena por parte de sus militantes y simpatizantes.

La tenebra

El Grupo Texcoco no es homogéneo, pero sí es el que ejerce a plenitud el poder político en Morena y en el gobierno.