El Manual de Maquiavelo 12-04-2024
Francisco Ledesma / Una convocatoria en la ilegalidad
La gente buena del PRI -como pregona el nuevo lema del priísmo mexiquense- tal parece que hace todas las cosas mal. La convocatoria emitida por la dirigencia del PRI que encabeza Ana Lilia Herrera, no sólo está dirigida a postulaciones previamente pactadas por la burocracia partidista; en esta ocasión, habría incurrido en inconsistencias jurídicas y estatutarias que ponen en riesgo la legalidad de aquellos candidatos únicos a alcaldes y diputados locales que pretendan solicitar su registro el domingo 14 de abril.
En primer lugar, se debe considerar que el proceso interno priísta está desfasado de los tiempos legales proyectados por las autoridades electorales para realizar las precampañas de Ayuntamientos y diputados locales; determinado del 20 de enero al 10 de febrero, y a partir de ahí, comienza un entramado que pudiera terminar en tribunales para quienes resulten excluidos de la toma de decisiones.
Un mes después de que Ana Lilia Herrera había asumido la dirigencia priísta, se debió llevar a cabo su proceso interno de simulación para ungir las candidaturas para alcaldes y legisladores, pero desestimó la legislación electoral local, derivado de una tardía negociación para construir sus convenios de coalición y candidatura común, que pretendió modificar todavía esta misma semana.
En la víspera, el viernes 5 de abril, Herrera resolvió emitir la convocatoria para la selección de candidaturas a integrantes de Ayuntamientos y Diputados Locales, cuya fecha de postulación está determinada el viernes 19 de abril; lo que representa otra contrariedad respecto de la propia normativa priísta, y en la que podría derivarse la cancelación del proceso interno en marcha.
Conforme al Reglamento para la Elección de Dirigentes y Postulación de Candidatos del PRI, en su artículo 46 contempla que, el plazo entre la expedición de la convocatoria y la fecha de la jornada electiva interna, en ningún caso será menor a los treinta días naturales. Es evidente que, entre el 5 y el 19 de abril, no existen treinta días, y la convocatoria priísta para designar candidaturas a alcaldes, diputados locales, síndicos y regidores incumple con sus propias reglas. Las impugnaciones podrían darse cuando vengan las imposiciones.
El mismo reglamento en mención, considera una excepción a la regla: “cuando la legislación electoral aplicable disponga un plazo diferente, se atenderá lo que esta última señale”. Y sí, esa pudo haber sido una justificante de la dirigencia priísta para resolver con urgencia la postulación de sus candidatos, pues las precampañas solamente estipulaban 20 días; pero resulta que la convocatoria ha sido emitida en fecha posterior, y la excepción ya no es aplicable.
Mientras la convocatoria ha incurrido en una violación a sus reglas internas, el proceso interno transcurre como una farsa. Desde ayer, aspirantes a regidores realizan los exámenes de conocimientos, y hoy corresponderá a los aspirantes a síndicos, diputados locales y alcaldes, sabedora toda la militancia de que hay formatos, candados y apoyos que solamente se darán a quienes han sido previamente definidos por la dirigencia local, que ha asumido el mayor control político posible, ante la ausencia de un gobernador de militancia priísta.
El priísmo mexiquense tiene todo listo para cumplir con los rituales de legitimación de sus candidaturas únicas; y en caso de que haya más registros de los deseados, el método de selección establecido a través de la comisión para la postulación de candidaturas, tiene la facultad para con la motivación y fundamentación suficientes, emitir un solo acuerdo de postulación que haya de recaer en un solo aspirante.
Pero es ahí, donde la puerta está abierta para los inconformes, para aquellos militantes desplazados, para quienes se han inscrito una y otra vez de forma fallida, para quienes busquen se cumpla con la paridad de género, los bloques de competitividad y hasta las acciones afirmativas, pero que durante años -y elección tras elección- han visto la imposición de “los mismos de siempre”, porque ante una convocatoria que incurre en la ilegalidad y el incumplimiento estatutario, existen todos los elementos para invalidar el proceso interno; y hacer que “la gente buena del PRI”, intente por una sola vez, hacer las cosas bien.
La tenebra
El 2 de marzo, Enrique Vargas vaticinaba que en la elección del 2 de junio, el PAN llegaría a los dos millones de votos en el Estado de México. Ayer, en un mitin en Atizapán de Zaragoza, Marko Cortés dijo que tiene una apuesta hecha con el candidato a senador a que el panismo supere apenas un millón de electores. ¿Qué pasó en el camino? ¿Dónde se perdió un millón de votantes? ¿Qué puede esperar Xóchitl Gálvez con tal disparidad de cifras?