Toluca, Edomex, 19 de febrero de 2023.- En el PRI, los tiempos juegan en su contra. Hasta la fecha, mantiene en secreto los candidatos a diputados federales. Por lo que se ha difundido en fotografías en redes sociales, al parecer la renovación generacional apuesta por candidatos que son conocidos solamente en sus seccionales. Tampoco han emitido sus convocatorias para elegir a sus candidatos a alcaldes y diputados locales. Todo ese cóctel ha generado un amplio desasosiego entre los aspirantes; y abre un riesgo de perder sus bastiones electorales en el Valle de Toluca.

En procesos electorales anteriores, una vez que se definían las candidaturas de los alcaldes; los ungidos aprovechaban los tiempos de intercampaña para una operación cicatriz con los aspirantes desplazados. La integración de las planillas -entre síndicos y regidores- servía para mantener la unidad con otros grupos políticos; pero ahora las posiciones son repartidas con el PAN y el PRD. El colapso interno es eminente. Un ingrediente adicional: la falta de un gobernador priísta ha generado que los aspirantes se promuevan con anarquía. La dirigencia estatal ha decidido que agotar los tiempos es la mejor fórmula para deslindarse de su responsabilidad en la derrota.

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En Morena han aprendido de las peores prácticas. Repartir las candidaturas por cuotas y cuates. No necesariamente por méritos políticos o académicos. La distribución de candidatos también deja de manifiesto que prevalecen las tribus al interior del movimiento. Los grupos internos -que supuestamente están prohibidos en sus estatutos- han quedado inconformes con los listados de diputados federales, porque eso genera especulaciones hacia quienes podrían ser candidatos a diputados locales y alcaldes. Usan panfletos para descalificar rivales; y eso termina por escindir sus estructuras y votantes.

Las derrotas morenistas podrían ser resultado de la fractura entre sus tribus, y no necesariamente por los atributos o aciertos de la oposición. Paradojas de la política, los morenistas nunca habían tenido una gobernadora de su partido político, y les cuestra mucho trabajo la obediencia. La construcción de su ascendencia política siempre fue en rebeldía. Hoy, les toca alinearse a las decisiones, sin mayores resistencias. Es el costo de los triunfos electorales.

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En el Instituto Electoral del Estado de México deben ser muy cautelosos con la desesperación de algunos aspirantes a las candidaturas a alcaldías. En algunas entrevistas que proliferan en medios impresos, electrónicos y digitales, hay quienes se adelantan a los tiempos y hacen propuestas de campaña que incluso rebasan el ámbito de competencia de los municipios. La legislación electoral les pasa por alto,y mientras no haya sanciones, lo seuigrán haciendo. Y ocurre entre todos los partidos políticos.

A propósito de los subterfugios legales, hay aspirantes que hacen uso de organizaciones civiles y fundaciones para promoverse sin recato, y sacan ventaja de los partidos políticos y sus procesos formales. Hay un despilfarro económico de quienes regalan cubetas de pintura, bultos de cemento, tinacos, despensas, zapatos, y lo que se acumule. Hace falta una nueva reforma electoral; porque la clase política le sigue dando vuelta a la ley.