OFF THE RECORD 30-10-2023
Toluca, Edomex; 30 de
octubre de 2023.- Las zonas urbanas del Estado de México han sido inundadas por
una inusitada e insultante cantidad de anuncios espectaculares, bardas y lonas,
tanto de políticos en activo como de incipientes actores que aspiran a
convertirse en la futura clase gobernante. Los tiempos electorales parecen
haberse adelantado, pero todos buscan alguna postulación partidista de cara a
las elecciones del 2024. Todos han encontrado la forma de darle vuelta a la ley
electoral, y mostrar sus aspiraciones futuras.
Los casos más evidentes,
por ahora, son los diputados -de todos los partidos políticos- quienes
promocionan su segundo informe de actividades legislativas. El denominador común
es posicionar su imagen y su nombre. En el fondo, la mayoría buscará la elección
consecutiva para repetir en el cargo tres años más. Aunque en algunos casos en
particular, ya aspiran a la presidencia municipal, siempre y cuando el partido
que representan los haga candidatos. Por la forma en que desarrollan su
promoción, parecieran tiempos de precampaña.
Dentro de un mes, el
espacio urbano ahora será ocupado por los presidentes municipales, quienes
tendrán quince días -contados a partir de la última semana de noviembre-, para
promocionar también su segundo informe de gobierno. La mayoría de los alcaldes en
funciones ya proyecta su reelección; y asumen que el desarrollo de sus
gobiernos les da la legitimidad suficiente para ir de nueva cuenta a campañas
electorales. No hay un margen mínimo de autocrítica.
También en las últimas
semanas, una serie de personajes de la sociedad civil y de militantes
-principalmente de Morena y el Partido Verde- sin mucho realce, han colocado anuncios
y pintado bardas con sus nombres y sus imágenes. Anuncian de forma anticipada
una encuesta; el fenómeno se observa en Toluca, Metepec, San Mateo Atenco,
entre otros. El espacio urbano se encuentra inundado de su promoción
personalizada. Utilizan toda clase de subterfugios para acompañar su nombre de
la palabra presidente. Una vuelta a la ley.
Lo más preocupante de
todo ello, es que el Instituto Electoral del Estado de México no tiene
argumentos para prohibir o suspender esta actividad de promoción personalizada:
simplemente porque no estamos en tiempos electorales y porque nadie llama
directamente al voto. Pero lo más alarmante es el derroche de recursos -una
gran parte proveniente del presupuesto público-, o bien, de dinero cuyo origen
es incierto, y que ninguna autoridad electoral o partidista se atreve a indagar
entre sus propios militantes.
Las leyes electorales
son insuficientes. La clase gobernante hace normas lo suficientemente ambiguas
para ser violadas sin mayores consecuencias. Los votantes mexiquenses vienen de
un largo proceso de promoción, precampañas y campañas que terminaron en la
elección por la gubernatura. Y cuando apenas hay un gobierno que está en
funciones, los partidos y sus militantes ya piensan en la próxima elección.
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