Francisco Ledesma / El Partido Verde Eruvielista de México
El Partido Verde
Ecologista se ha convertido en la puerta de entrada que los priístas exiliados
-y también defenestrados- han encontrado para tener un acercamiento, y un proceso
de legitimación, por encontrarse con la Cuarta Transformación. De esa forma, se
evita un salto al vacío, frente a la renuncia de sus convicciones ideológicas
para dar paso a sus ambiciones personales.
En el caso del Estado de
México, el exgobernador Eruviel Ávila -el mismo que en marzo de 2011 amagaba
con ser postulado por una alianza opositora de PAN y PRD-, encabeza la
migración política al Partido Verde, que ya en el pasado reciente cobijó a
priístas, para convertirlos en diputados federales y locales.
Actualmente, la
franquicia ecologista mexiquense es presidida por José Alberto Couttolenc, cuya
ascendencia política se reduce a su fugaz parentesco -fue cuñado por corto
tiempo- con el dueño del partido a nivel nacional, Jorge Emilio González
Martínez. Lo cierto es que, la migración de tricolores es un riesgo profundo en
la pérdida del control político de un partido sobrevalorado.
En las elecciones de
2021, Couttolenc reclutó a expriístas para fortalecer su operación política y
presencia territorial, a través de actores como Rafael Osornio, Adolfo Solís,
José Luis Velasco; sin embargo, el arribo de Eruviel Ávila y su grupo político,
implicaría ceder posiciones en el partido y en las elecciones de 2024, y
desplazaría a la militancia que aspira a cargos electorales, y que veían en su reciente
alianza con Morena, una alta posibilidad de lograrlo.
Ávila -excluido en el
sexenio delmacista- junto a su grupo político, advierten que la derrota
electoral de la gubernatura mexiquense, es la coyuntura ideal para abandonar el
partido que lo hizo dos veces alcalde, dos veces diputado local, y lo encumbró
como mandatario estatal, en un sexenio marcado por sus excesos.
Hoy, un puñado del grupo
eruvielista, presiona para hacerse del control político del priísmo mexiquense
-a través de su fallida candidata a la gubernatura-; y en caso de ser derrotados
por la nomenklatura, ya alista la salida para tomar por asalto el Partido
Verde, y desde ahí mantenerse en el ejercicio del poder público, ahora muy cercanos
a la gobernadora morenista, Delfina Gómez.
Un gran artífice de esta
coyuntura política es Luis Miranda Nava -quien tiene una añeja relación
política con Jorge Emilio González y el simulado aspirante presidencial, Manuel
Velasco-; para lo cual ha encaminado a su hijo, Luis Miranda Barrera -exasesor
de Ávila en el Senado-, como la avanzada del peñismo en un partido que les
permita la sobrevivencia política del momento.
Para nadie es un secreto
la buena relación que siempre ha presumido Ávila con el grupo político de
Higinio Martínez, lo que podría fortalecer esa operación electoral hacia 2024,
a cambio de posiciones para sus más cercanos colaboradores como Cruz Roa, Aarón
Urbina -que ya alguna vez fue alcalde ecologista-, Arturo Osornio -y acompañar
a su hermano en esa aventura electoral-, Gómez Monge, y otros más impulsores de
Ana Lilia Herrera en 2022.
Es cierto, la llegada de
esos cuadros priístas, implicaría una ascendencia política y territorial robusta
para el Partido Verde en el Estado de México; no obstante, también significaría
un desplazamiento en la toma de decisiones de Couttolenc y su grupo, quien
tiene sus mejores dotes políticas en asumirse como un influencer en el
manejo de sus redes sociales.
Eruviel Ávila ha
demostrado que sus convicciones priístas tuvieron vigencia cuando se terminó la
posibilidad de mantenerse vigente en el escenario político; y hoy, su grupo
político ha comenzado a enderezar el discurso para asumirse ambientalistas y
defensores del gobierno de la morenista, Delfina Gómez.
La tenebra
Y todavía muchos operadores
políticos de la campaña de Alejandra del Moral -identificados con la candidata
de Alito- se atreven a acusar a Alfredo Del Mazo de entregar el Estado de
México.