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OFF THE RECORD 12-05-2023

Toluca, Edomex, 12 de mayo de 2023.- Estamos frente a una campaña electoral absolutamente atípica. Las candidatas han transitado gran parte de este proceso en pausa, bajo la justificación de evaluar su avance, tener una agenda privada, alistar su participación en el debate y guardarse en días de asueto. Circunstancias impensables en otros tiempos, y en coyunturas altamente complejas. En un parpadeo, solo restan tres semanas de proselitismo, antes de que los mexiquenses tengan la decisión de elegir a su gobernadora por los próximos seis años.

En el caso de Delfina Gómez, da la sensación de que su gran apuesta es administrar la ventaja que le otorga la mayoría de las encuestas electorales. La morenista no arriesga su capital político, y la mejor manera de hacerlo es a través de evitar la exposición pública. Asume cuales son sus limitaciones en campaña, y opta porque la inercia de su candidatura y el arrastre de su partido sean elementos suficientes para ganar la elección del domingo 4 de junio.

Por su parte, Alejandra del Moral parece estar convencida de que no por muchos eventos público o mítines masivos, esa será la fórmula mágica para revertir las tendencias electorales. Como desde el principio, el PRI apuesta a consolidar una amplia movilización de votantes a partir de su maquinaria electoral, cuyo engranaje sea suficiente para derrotar a todas las encuestas posibles y retener el poder político a favor del régimen priísta.

En el camino, tanto Delfina Gómez como Alejandra del Moral han enfrentado resistencias en sus actividades proselitistas. La defenestración pública es un denominador común hacia la clase gobernante, y no es exclusiva de un partido político. Ambas han tenido eventos públicos en donde la convocatoria ha fallado y han enfrentado vacíos preocupantes. Tampoco tienen garantizada su aceptación con las élites políticas o económicas. No hay garantía de triunfo para nadie.

En los 21 días que restan de campaña, ya no habrá sobresaltos ni sorpresas por delante. Alejandra del Moral y Delfina Gómez tienen clara su estrategia, y lo que parece el denominador común es el exceso de confianza de ambas, con la encomienda de que sus acciones les permitirán ganar a sus adversarios. Lo cierto es que, hasta la fecha, las campañas no han entusiasmado lo suficiente y sólo captan el interés de las estructuras de militantes y simpatizantes. La monotonía y la rutina de las campañas son lamentables.

Lo más preocupante es pensar que, el tipo de campañas electorales que hasta ahora han resuelto ejecutar las candidatas a la gubernatura, podría convertirse en un modelo de ejercicio de gobierno para los mexiquenses durante los próximos seis años, sin importar quién gane en los comicios del 4 de junio.

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