Toluca, Edomex. 29 de enero de 2015.- Mucho hermetismo ronda en el PRI del Estado de México. En más de una ocasión, desde la semana pasada, se ha pospuesto el Consejo Político Estatal -que preside el exdiputado verde Miguel Sámano-, en donde se habrá de definir la convocatoria para seleccionar candidatos a alcaldes y diputados locales. La lectura de esta estrategia política es que aún no hay definición sobre las candidaturas de “unidad” que postulará el priísmo rumbo a los comicios intermedios del próximo 7 de junio.
Si bien, ya se han definido 36 candidaturas a diputados federales, y 4 más se han reservado para el Partido Verde, falta por sortear el proceso electoral más complejo para dotar de gobernabilidad a Eruviel Ávila y allanar el camino de la sucesión de gobierno que ocurrirá en 2017. De ahí la importancia para el partido en el poder, cuya toma de decisiones para las candidaturas, siempre se han tomado desde el Palacio de Gobierno, bajo lo que extraoficialmente se conoce como su proceso interno: “el palomeo”.
El Consejo Político Estatal se tenía previsto sacar adelante en los primeros 15 días de enero. Bajo el pretexto de avanzar en las diputaciones federales, el priísmo mexiquense fijó como nuevo plazo el 21 de enero para tener claridad sobre la convocatoria del proceso local. Se cumplió la fecha y nada. Entonces, en comunicación interna, se propuso que el consejo priísta sesionaría el 26 de enero, y tampoco. Hasta ahora, no se tiene fecha de cuándo sacar la convocatoria, porque muchos de los escenarios armados por Carlos Iriarte y Miguel Sámano conducen a un terreno nada aceptable: la derrota.
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Hace tres años, la izquierda acudió dividida a las urnas en el proceso local, y con un voto fracturado perdió la posibilidad de ganar municipios donde se vuelve altamente competitivo. Para este año, la historia no parece muy distinta, sino aún más grave. De un lado, el PRD está sumido en la peor crisis institucional de su historia, y eso le restará amplias preferencias electorales. Su apuesta será retener Neza. Enfrente el partido Morena de López Obrador arrebatará muchos votos, pero no le alcanzará para ganar cosas significativas, si acaso Texcoco.
La chiquillada, de Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo, irán con la apuesta de mantener su registro. Lo demás será ganancia abundante para sus franquicias electorales. Por eso el PRI parece caminar tranquilo, pues aun cuando se vuelque el voto de castigo hacia el partido en el poder, la pulverización de la izquierda opositora y la maquinaria electoral en marcha, serán suficientes para en algunos casos conservar la hegemonía priísta.
El PAN por su parte sigue sin superar la derrota electoral de 2012. El encono entre maderistas y calderonistas, impactará negativamente en la preferencia de votantes. Pese a todo, tienen en el escenario la posibilidad de volverse competitivos en municipios como Toluca, Naucalpan, Huixquilucan, Tlalnepantla y Cuautitlán Izcalli. Y paso a paso ir recobrando el corredor azul que hasta antes de 2009 dominó.
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