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2024: otro año crucial para los mexiquenses; se alista una nueva batalla electoral

Francisco Ledesma

Toluca, Edomex, 02 de enero de 2024.- El 2024 será un año de amplios desafíos electorales, en el que más de 12 millones de mexiquenses tendrán la oportunidad de volver a las urnas en los comicios presidenciales del 2 de junio.

Apenas el pasado 4 de junio, alrededor de seis millones de votantes, cerca del 50 por ciento del padrón electoral salieron a las urnas para renovar la gubernatura del Estado de México. Y en un plazo de seis meses, deberán sufragar para elegir presidenta de México, dos senadores, diputados federales -de 40 distritos- y 45 legisladores locales de mayoría, además de alcaldes de los 125 municipios.

Morena irá a una elección primordial a nivel federal para retener la Presidencia de la República, sin embargo, en el caso particular del Estado de México buscará ratificar por quinta elección consecutiva su condición de primera fuerza electoral, algo que ha logrado desde 2017 a la fecha.

En esa ecuación, el propósito será contribuir en gran medida a una eventual victoria electoral para su candidata presidencial, Claudia Sheinbaum, y otorgarle una gran cantidad de diputados federales que construya la tan anhelada mayoría absoluta en el Congreso de la Unión.

En paralelo, desde el ámbito estatal se contempla la neceisdad de que la gobernadora Delfina Gómez muestre una solidez electoral a favor de Morena, y con ello garantizar la gobernabilidad en la primera mitad de su sexenio, pues de la elección del 2 de junio depende la prevalencia de una mayoría legislativa en el Congreso del Estado de México, y una alta presencia de alcaldes de su propio partido.

En contraste, el PRI afrontará por primera ocasión en su historia, una elección sin tener un gobernador que marque las pautas de las coaliciones electorales y de la designación de las candidaturas federales y locales. La dirigencia nacional encabezada por Alejandro Moreno ha tomado el control absoluto en la toma de decisiones del priísmo local hacia las elecciones.

Sin el aparato gubernamental a su favor, una balcanización de priístas que emigran a otras opciones políticas y una ruptura irrefrenable en las estructuras partidistas, el priísmo tiene su apuesta en mantener un voto duro de dos millones de electores, que le permita mantenerse como segunda fuerza electoral, y la bancada clave de cualquier negociación en la Legislatura mexiquense.  

Otro factor de decisión es el Partido Acción Nacional (PAN), cuyo peso electoral es incierto, y su poca contribución en la elección por la gubernatura se atribuyó a que no presentó una candidatura identificada con su militancia. Ahora, de la mano de Xóchitl Gálvez y la postulación de candidatos a senadores y alcaldes, los panistas están obligados a mejorar sus cifras de votantes, para reivindicarse como tercera fuerza electoral en territorio estatal.

Sin embargo, sus apuestas electorales se concentran en conservar lo ganado en los comicios intermedios de 2021, en los que recuperó parte del otrora corredor azul, identificado con los municipios del poniente del Valle de México.

Ahora bien, el Partido Verde Ecologista que preside José Couttolenc insiste en que ellos tienen mayor fortaleza en las urnas, para lo cual se ha dado a la tarea de reclutar priístas y panistas desencantados con su partido con el objetivo de incrementar su presencia territorial, y en su caso, acentuar la presencia electoral para los comicios de este año.

Falta por ver que Morena ceda espacios y candidaturas a los priístas hoy enfundados en la causa ecologista, y que en realidad, estos liderazgos se conviertan en el eje articulador del Verde, que pretende abandonar su papel testimonial en cada elección federal y local.

Finalmente, el Partido de la Revolución Democrática y el Partido del Trabajo están sujetos a lo que decidan sus dirigencias nacionales, y adaptarse a las coaliciones locales que conformen por un lado el bloque opositor del PRIAN para darle cobijo al PRD; y Morena para agrupar en un mismo frente al PT y al PVEM.

Una mayor incógnita lo representa Movimiento Ciudadano, que tiene una presencia marginal, y ni siquiera contendió en la elección por la gubernatura del año pasado, cuando Juan Zepeda -su dirigente estatal- debió acatar la decisión del presidente nacional de MC, Dante Delgado para ausentarse de la competencia, y evitar evidenciar su nulo crecimiento en el Estado de México.


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